Kristofer Du Rietz “enmascarado” con su familia con la camiseta de Bélgica.
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Un sueco que vive en Bruselas Christopher Du Rietz Estaba viendo el partido Bélgica-Suecia en el estadio Rey Balduino el lunes por la tarde, cuando el partido ya estaba decidido en el entretiempo.
La razón era sombría: dos aficionados que vestían camisetas de Suecia fueron asesinados a tiros cerca del estadio apenas una hora y media antes del inicio del partido.
– Al final de la primera parte prácticamente todo el mundo sabía lo que había pasado. Como sueco, fue terrible. Empezaron a circular rumores sobre qué tipo de acto terrorista se trataba y muy pronto quedó claro que el asesino buscaba a suecos, recuerda Du Rietz.
Como el asesino no fue capturado inmediatamente, los aficionados al fútbol no pudieron salir del estadio durante varias horas, a pesar de que el partido ya había sido suspendido. Al final se abrieron las puertas y Du Rietz consiguió, para él y sus hijos, camisetas belgas de manos de los aficionados belgas para el viaje a casa.
– Sabíamos que los suecos habían sido amenazados, así que los capturamos, tiempos de Du Rietz.
Por eso, el hombre y sus hijos se disfrazaron entre la multitud con los colores belgas para que posibles terroristas no los reconocieran como suecos.
– Cuando salimos, todo estaba normal.
En Bruselas, la amenaza terrorista era todavía tan grande el martes que la ciudad estaba en alerta terrorista de nivel cuatro. Es lo más alto posible. Por esta razón, Du Rietz, que trabaja en la Comisión Europea, trabajó de forma remota.
– A todos, independientemente de su nacionalidad, se les ha dicho que trabajen desde casa. Las escuelas de los niños están cerradas y acabo de enterarme de que hay protección policial adicional en las zonas residenciales donde viven los suecos.
En Bruselas la gente todavía teme nuevos ataques terroristas, a pesar de que la policía mató a tiros al sospechoso de los asesinatos del lunes por la noche.
– Hemos eliminado todos los símbolos suecos para que no nos vean. Es indignante que tengamos que escondernos así.
Fuente: Aftonbladet
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