Con el paso de los años, el paisaje ha ido desapareciendo cada vez más, porque la gente empezó a utilizar la tierra de forma diferente. Ya no sólo como granja, sino también como lugar para vivir. “Por eso queremos recuperar el paisaje que tradicionalmente hizo tan característicos a Koekange y Koekangerveld. Y, por supuesto, es hermoso para la vista y bueno para la biodiversidad”, continúa Meijberg.
Un gran esfuerzo por parte de las organizaciones ambientalistas, pero necesitan la ayuda de la gente de Koekange que quiere hacer cambios en su propia tierra. Han sido encontrados. En el proyecto participa Trudy Dammers, que vive a lo largo del Weerwilleweg.
Se han plantado decenas de serbales en el campo detrás de su casa. Dammers no tuvo que pensárselo dos veces antes de participar. “He visto fotografías antiguas de la zona y luego veo cuánta vegetación ya ha desaparecido. Si se puede contribuir de esta manera a la recuperación de la naturaleza, sería fantástico”.
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