El belga se enfrentará por segunda vez a los nerazzurri en Meazza. La temporada pasada recibió un 4,5 en su boleta de calificaciones y no hizo nada. Esta vez llega con cuatro goles en nueve partidos
Sin silbatos, solo silbatos. Romelu Lukaku regresará por segunda vez a San Siro y será captado nuevamente por la afición del Inter. Nunca le perdonaron haber apagado el teléfono en el momento equivocado, negándose ante amigos y directivos. De hecho, en el verano de 2023, una de las dos mitades de Lu-La se separó abruptamente del planeta Inter para buscar otra orilla. Todo subrepticiamente, en silencio, sin revelar sus intenciones. Los superiores lo estuvieron buscando a través de una serie de llamadas, pero él se negó. Por eso el año pasado, con motivo del Inter-Roma, fue saludado por treinta mil silbidos.
el gran regreso
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San Siro está dispuesto a recibirlo de la misma manera, es decir, silbándole cuando entra al campo y leyendo las alineaciones. El año pasado, el Norte distribuyó treinta mil silbatos de plástico para arruinar su gran regreso. Nunca le perdonaron que se despidiera. Y ni siquiera Lautaro, otrora amigo y compañero de equipo. En una entrevista con la Gazzetta el argentino habló así de la separación: “Me decepcioné, es la verdad. También intenté llamarlo en esos días de caos, pero nunca me respondió. Después de tantos años juntos, me sentí decepcionado. No esperaba tal comportamiento”.
ese 4.5
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El año pasado los dos no se despidieron y esta vez tampoco lo harán. Lukaku llega a San Siro en lo más alto de la tabla, ha marcado 4 goles en nueve partidos y quiere rascar a su ex equipo, aquel con el que ganó el scudetto en 2021. El entrenador era Conte, el mismo que le confió con las claves del ataque. Hace un año su boleta de calificaciones era clara: 4,5. “Puede que haya sido el efecto de los pitos, o quizás el mal día, pero rara vez se ha visto un Lukaku como este en Italia. Lo hace todo mal”. Ciertamente anhela la redención. San Siro, en caso de duda, pitará.
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