El amor entre la música y la literatura florece en ‘Una noche con Sjahrazade’


“Se cuenta, pero sólo Dios conoce lo oculto y las historias de los pueblos antiguos…” Así comienza el marco de la historia de Los cuentos de las mil y una nochesque serpentea como un río durante miles de páginas a través de tiempos pasados, tierras y artes mágicas.

El escritor y narrador Abdelkader Benali y Club Classique –la violinista Myrthe Helder, el violonchelista Leonard Besseling y el pianista Caspar Vos– brillan en su actuación Una noche con Shahrazade de tres cuentos de hadas, el más famoso de los cuales es ‘Aladino y la lámpara mágica’.

El escenario está decorado de manera hogareña con alfombras persas, cojines, una pipa de agua, lámparas suaves y una tetera de cobre. Se respira la atmósfera de una época en la que no teníamos la cabeza en la nube todo el tiempo, es decir, donde no estamos, sino que pasábamos las oscuras tardes de invierno en casa, alrededor de la estufa, contándonos historias. Los conciertos son oasis que todavía encarnan esta unidad de tiempo, lugar y acción.

sueño literario

Benali ya ha demostrado en el teatro que no solo es un escritor talentoso, sino también un narrador convincente. Su sueño literario, comienza, nació cuando, en su infancia, visitó con su padre el mercado de Marrakech, donde un viejo narrador le fascinaba. Benali no entendía su árabe, pero la dicción, los gestos, los tonos lo cautivaron. Ese hombre habló Los cuentos de las mil y una nochesle dijo su padre.

Los personajes principales en esto son el príncipe Sjahriaar y la virgen Sjahrazade: él jura venganza después de que su esposa lo haya engañado. No solo la mata a ella y al amante, sino que luego toma a una virgen por esposa todas las noches y la hace decapitar al amanecer. Shahrazade rompe esa maldición contándole cuentos de hadas que terminan en suspenso cuando llega el día. Si el rey quiere escuchar el final de la historia, y lo quiere, no le queda más remedio que dejarla vivir. Y así lo cura de su venganza en 1001 noches.

Las tres historias que elige Benali están llenas de poesía, magia y crueles giros del destino y la naturaleza humana. Y los músicos de Club Classique refuerzan estas imágenes y estados de ánimo evocados con breves fragmentos de música que dialogan con Benali o con partes enteras que desarrollan aún más los sentimientos de los personajes. Y lo hacen con una claridad acorde con la noche sin nubes.

El icónico solo de violín del movimiento inicial de Rimsky-Korsakovs Sherezade actúa como leitmotiv. Veinte éxitos clásicos se entrelazan orgánicamente con todas las narraciones, como Griegs Pera Gyntbartoks danzas folclóricas rumanas y Rachmaninoff sonata para violonchelo. Aquí no solo florece el amor entre Shajriaar y Sjahrazade, sino también entre la música y la literatura.

La actuación ‘Una noche con Sjahrazade’ durante el Grachtenfestival. La actuación comienza a los 9 minutos 40 segundos.

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