Después del año pasado, este año el alcalde de Amberes, Bart De Wever (N-VA), decide que los alborotadores conocidos serán puestos bajo arresto domiciliario preventivo durante la víspera de Año Nuevo. Se trata de 31 jóvenes de Amberes de entre 13 y 22 años que ya habían causado molestias. Por primera vez también hay mujeres entre ellos. Con esta medida, De Wever quiere evitar que perturben la seguridad y la paz públicas. “Cualquier persona que sea sorprendida con fuegos artificiales por primera vez debe realizar un curso de concientización o ‘clase sobre fuegos artificiales'”.
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