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Las negociaciones comerciales entre Australia y la UE se detuvieron el martes después de que el ministro australiano Don Farrell interrumpiera una visita a Bruselas sin resolver una disputa sobre las cuotas de carne.
Farrell dijo a los negociadores de la UE que tenía que consultar a su gabinete antes de poder ceder más en las ambiciones de que se permitiera la entrada de más carne de res, cordero, azúcar y productos lácteos australianos en el mercado protegido de la UE.
Las negociaciones continuarán, antes de que Farrell se reúna con sus homólogos de la UE en agosto. “Continuaremos las discusiones constructivas con el objetivo final de llegar a un acuerdo”, dijo Farrell.
Las dos partes esperaban llegar a un acuerdo durante el viaje actual.
Canberra quiere diversificar su economía para dejar de depender de una China hostil, mientras que Bruselas desea un mejor acceso a los vastos recursos minerales de Australia, vitales para las industrias de energía renovable y la transición verde.
El comisionado de comercio, Valdis Dombrovskis, ha priorizado el acuerdo con Australia luego de luchar para concluir acuerdos con países en desarrollo debido a la insistencia de la UE en altos estándares ambientales y laborales.
Miriam García Ferrer, portavoz de comercio de la Comisión Europea, dijo que lamentaba la ruptura. “Hemos progresado, pero se requiere más trabajo para abordar los problemas clave pendientes. Nuestros respectivos equipos continuarán trabajando para cerrar las brechas restantes”.
El acuerdo «entre dos socios de ideas afines es importante y desbloqueará muchas oportunidades para nuestras empresas y agricultores».
Aún así, quedan interrogantes sobre cuánta carne de res y oveja de los vastos ranchos de Australia debe ingresar a la UE libre de aranceles. La UE aumentó su oferta inicial de una cuota anual de carne de res de 24.000 toneladas, pero el nuevo número y las nuevas cuotas de carne de ovino quedaron muy por debajo de lo que Farrell podía aceptar.
Farrell ha señalado en el pasado que las restricciones actuales significan que cada europeo solo puede comer un bistec australiano una vez cada 40 años. En la actualidad, Australia tiene una cuota garantizada de 3.389 toneladas de carne vacuna que puede exportar a Europa anualmente. Incluso esta cantidad limitada está sujeta a un arancel del 20 por ciento.
Funcionarios de la UE dicen que el acuerdo del Reino Unido con Australia, que entró en vigor en mayo, ha complicado las cosas. El Reino Unido eliminará todos los aranceles y cuotas sobre la carne australiana durante los próximos 10 años.
Los agricultores irlandeses y franceses temen perder cuota de mercado en el Reino Unido como resultado y no están dispuestos a permitir un gran aumento de las importaciones de Australia.
En una rueda de prensa improvisada en un parque de Bruselas, Farrell dijo: “Hemos dejado muy claro desde el principio que no aceptaremos simplemente ningún acuerdo. El acuerdo, desde el punto de vista australiano, tiene que lograr un acceso agrícola significativo a los mercados europeos”.
También hay disputas pendientes sobre el uso continuado de nombres protegidos por la UE, como queso feta y prosecco, en Australia, y el precio de la energía y las materias primas. Bruselas quiere un compromiso de Canberra de que no cobrará a los clientes de la UE más de lo que pagan los compradores nacionales.
Los ministros australianos desconfían de decepcionar a los agricultores y productores de alimentos antes de un referéndum sensible este año sobre dar a sus comunidades indígenas una mayor participación en el gobierno del país.
García Ferrer agregó: “Confiamos en que nuestros socios australianos trabajen con nosotros para terminar esto pronto. Nuestra puerta permanece abierta”.