La reducción estructural del déficit ya está en las tablas del Nadef, el marco de previsión de las finanzas públicas. El camino hacia el pago de la deuda es un poco más desafiante, considerando la carga del Superbonus. Pero lo que es seguro es que un primer efecto tangible de las nuevas reglas del Pacto de la UE se tendrá con la próxima maniobra, cuando se reducirá la posibilidad de recurrir al déficit comercial adicional.
La experiencia de la maniobra de este año.
Una palanca, la que consiste en recurrir al déficit, que este año nos permitió ampliar el recorte de cuña y lanzar el nuevo Irpef a tres tipos, pero que también creó una hipoteca de unos 15.000 millones que, de replicarse, deben cubrirse con nuevos impuestos o recortes del gasto.
El camino hacia la reducción estructural del déficit
Para Italia, el acuerdo firmado sobre el nuevo Pacto es “sostenible”, aseguró el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti. Y de hecho, la senda de reducción estructural del déficit fijada por Bruselas (es decir, una reducción del 0,5% anual) para aquellos que, como Italia, tienen un déficit superior al 3%, ya se tiene en cuenta en las previsiones para los próximos tres años. : en la nota de actualización de octubre del Def, la deuda estructural se reduce del -4,8% en 2024 al -4,3% en 2025, acentuándose luego la caída hasta el -3,5% en 2026.
Hipótesis de retorno más suave
Pero la velocidad de la corrección también puede incluir un suavizamiento: de hecho, los gobiernos pueden acordar con la Comisión una trayectoria técnica que no bloquee las inversiones y tenga en cuenta el aumento de los intereses. Y precisamente la posibilidad de descontar esta partida, particularmente pesada para Italia, podría traducirse en una tasa de corrección casi a la mitad para nuestro país, permitiendo también la posible apertura de nuevos espacios presupuestarios con respecto al marco actual. Según las estimaciones que circulan en Bruselas, hasta 2027, teniendo en cuenta la separación de intereses, el peso de las nuevas normas rondaría los 5.000 millones al año (es decir, entre el 0,2 y el 0,3%).
La deuda desconocida
La verdadera incógnita está representada por la deuda. Según las nuevas reglas, para países como el nuestro que superan el umbral de una relación deuda/PIB del 90%, dicha relación tendrá que reducirse en un 1% anual. Un objetivo que actualmente es difícil de alcanzar. “La reducción de la deuda del 1% se habría producido ya el próximo año si no hubiera existido el legado del Superbonus”, subrayó Giorgetti hace unas semanas. Incluso la senda de recuperación prevista por Nadef perfila un paso de reducción que aún está lejos del 1%: pasa del 140,1% del PIB en 2024 al 139,9% en 2025 y al 139,6% en 2026.