Estados Unidos y Alemania encabezan los llamados de los accionistas del Banco Mundial para una revisión de su modelo de negocios para impulsar la acción sobre el cambio climático en las reuniones anuales de esta semana.
El banco, un proveedor líder de préstamos y subvenciones a las naciones más pobres, ha estado bajo una presión cada vez mayor para brindar un mayor apoyo financiero a los países en desarrollo para ayudar a que sus economías crezcan mientras enfrentan las consecuencias del cambio climático.
Alemania es el último en unirse a los países que presionan por reformas y se espera que proponga una serie de acciones para que el banco pueda enfrentar mejor las crisis globales, incluido el cambio climático.
El liderazgo del Banco Mundial ha sido criticado por retrasarse en sus esfuerzos, con un nuevo ataque contra su presidente designado por Trump, David Malpass, en las últimas semanas después de que se negara a decir si creía en el cambio climático causado por el hombre. Más tarde aclaró que sí.
“Estamos en una crisis climática. Esperamos más del banco. También esperamos más de David Malpass; está al frente de esta institución que es clave para salvar el planeta”, dijo un alto funcionario alemán. “La pregunta es ¿podemos hacer un mejor uso del balance del banco?”
Las medidas que el banco podría tomar incluyen incentivar la acción sobre el cambio climático con mejores condiciones de préstamo y usar su dinero para eliminar el riesgo de inversiones en energía limpia en países en desarrollo.
Svenja Schulze, ministra federal alemana para la cooperación económica y el desarrollo, así como representante de Alemania en la junta de gobernadores del Banco Mundial, también dijo que el banco “debe estar más en forma para los grandes desafíos del futuro”.
El modelo actual del banco se basaba principalmente en las demandas de los países individuales, dijo, y este modelo necesitaba adaptarse en un momento de crisis global.
La secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, pidió la semana pasada al banco que desarrolle una “hoja de ruta de evolución para diciembre” y dijo que el “trabajo más profundo” debería comenzar en la primavera, fijándole efectivamente una fecha límite.
Según dos altos funcionarios de desarrollo, Yellen y la administración de EE. UU. aumentaron su presión sobre el Banco Mundial y otros bancos multilaterales de desarrollo (BMD) este año. Estados Unidos es el mayor accionista del banco y tradicionalmente nombra a su presidente.
Yellen sugirió que los bancos de desarrollo deberían hacer un mayor uso de la financiación concesional, incluidas las subvenciones, para financiar inversiones en las que los beneficios se compartan a nivel mundial, y específicamente para los países de ingresos medios para ayudarlos a alejar sus economías del carbón.
Los bancos de desarrollo podrían otorgar préstamos a entidades subsoberanas, como iniciativas de ciudades verdes, dijo, y deberían adoptar objetivos más sólidos para movilizar financiamiento privado. Se podría utilizar una gama más amplia de instrumentos, incluidos productos de seguros y garantías.
Las propuestas sobre cómo debería cambiar el banco se presentan antes de la cumbre climática COP27 de la ONU a principios de noviembre, donde se espera que el espinoso tema de las finanzas climáticas internacionales domine el debate.
Como resultado, el tema ha aumentado considerablemente en la agenda política global. Mia Mottley, la primera ministra de Barbados, se ha convertido en la defensora de más alto perfil de los esfuerzos de las naciones más pequeñas y menos ricas para asegurar fondos relacionados con el cambio climático.
Mottley presentó varias sugerencias para ser promulgadas por el Banco Mundial y el FMI, incluida la redistribución de $ 100 mil millones en derechos especiales de giro y la nueva emisión de instrumentos de deuda a largo plazo y de bajo interés para ayudar a financiar proyectos de energía limpia.
Algunos legisladores están cada vez más a favor de que los bancos utilicen una mayor parte de sus fondos para garantizar inversiones actuando como primeros inversores y reduciendo el riesgo de proyectos que luego podrían atraer a inversores privados.
Las instituciones financieras internacionales “deben revisar su modelo de negocios y su enfoque del riesgo” e “intensificar” sus esfuerzos para aprovechar las finanzas del sector privado, dijo recientemente el secretario general de la ONU, António Guterres.
Los BMD deberían “ir a países y sectores que las entidades comerciales no están dispuestas a financiar”, dijo Ivo Mulder, jefe de la unidad de financiamiento climático del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Garantizar proyectos “podría ser una victoria rápida”, pero los BMD eran “bastante reacios al riesgo”, dijo. “Puede haber una falsa percepción de que un BMD siempre correrá mucho más riesgo que una entidad comercial”.
La semana pasada, grupos de activistas climáticos criticaron al Banco Mundial por continuar financiando ciertos proyectos de combustibles fósiles. Aunque el banco ha dicho que no financiará nueva producción de petróleo y gas, no se ha comprometido con la distribución de gas y ha dicho que “el gas natural puede ser útil para acelerar la transición del carbón”.
El Banco Mundial dijo que había entregado una cantidad récord de financiamiento relacionado con el clima este año y que esperaba “trabajar con nuestros accionistas durante las reuniones anuales para escuchar sus ambiciones y prioridades para el Grupo del Banco Mundial en un mundo cambiante”.
El funcionario alemán dijo que “ahora había mucho más apetito” por parte de los accionistas para reformar el banco, y que la institución en sí también estaba más dispuesta a cambiar.
Pero Joe Thwaites, defensor de la financiación climática internacional en el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, dijo que Malpass “no estaba fuera de peligro”. “Va a haber mucha presión sobre él para que muestre cómo está funcionando el Banco Mundial, y debe ir más allá de que solo se disculpe”.
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