La Casa Blanca envió una delegación de alto nivel de exfuncionarios a Taiwán para enviar un mensaje de tranquilidad y recordar a China que no aumente la presión sobre Taipei mientras Estados Unidos se concentra en la guerra en Ucrania.
Michael Mullen, expresidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, encabeza la delegación, que incluye a Michèle Flournoy, exalta funcionaria del Pentágono, según dos personas familiarizadas con la situación. Además de la muestra de apoyo a Taipei, la delegación instará a Taiwán a intensificar los esfuerzos necesarios desde hace mucho tiempo para reforzar sus propias defensas.
Los otros miembros de la delegación son Evan Medeiros, exasesor principal de la Casa Blanca para Asia de Barack Obama, y Mike Green, quien ocupó el mismo cargo para George W Bush, además de Meghan O’Sullivan, exfuncionaria de Bush. El grupo llegará a Taiwán el martes.
El desarrollo fue informado por primera vez por Reuters.
La decisión de enviar una delegación se produce en medio de preocupaciones de que Beijing podría envalentonarse por la agresión rusa e intentar aprovechar el enfoque estadounidense en Ucrania para aumentar la presión sobre Taiwán, sobre el cual China reclama soberanía.
Taipei y Washington no tienen relaciones diplomáticas formales, pero mantienen estrechos vínculos económicos y de seguridad.
“Existe la sensación de que es una buena idea tranquilizar a Taiwán en este momento”, dijo Bonnie Glaser, experta en China del German Marshall Fund. “Enviar a un grupo de ex altos funcionarios ahora fuera del gobierno es una buena manera de hacerlo. Envía el mensaje correcto de una manera poco provocativa”.
El ejército chino ha aumentado significativamente la actividad militar en Taiwán durante el año pasado, incluido el envío de salidas cada vez más grandes de aviones de combate, bombarderos y otros aviones de combate a la zona de identificación de defensa aérea del país. El mes pasado, Qin Gang, embajador de China en EE. UU., advirtió que EE. UU. y China podrían terminar en un “conflicto militar” si Taiwán se acercaba a declarar su independencia y Washington lo “animaba”.
Glaser dijo que la delegación le daría a EE. UU. otra oportunidad para alentar a Taiwán a implementar reformas de defensa y fortalecer su propia disuasión, particularmente mientras China estudia el conflicto en Ucrania para ver qué lecciones se pueden extraer para cualquier posible ataque futuro contra Taiwán.
Los funcionarios estadounidenses le han estado diciendo a Taiwán durante más de una década que debe aumentar sus capacidades de defensa. La presidenta Tsai Ing-wen ha dado mayor prioridad a la defensa que sus predecesores, aumentando el gasto y visitando tropas con regularidad, pero los expertos estadounidenses y muchos conocedores de la defensa taiwaneses dicen que los esfuerzos son insuficientes.