Decenas de miles de entusiastas del ciclismo se agolpan en las calles de Boxmeer. Es una fiesta. Hay música, cerveza y deportes. Tradicionalmente, el lunes siguiente al Tour de Francia es el criterio ciclista del día siguiente al Tour. Este año el principal desafío fue conseguir suficientes corredores buenos para Boxmeer. Al final, Dylan Groenewegen logra ganar.
Sem de Boxmeer y Tijn de Sint Anthonis esperan en el podio donde se presentan los corredores. Ambos tienen una camiseta amarilla en la mano que les encantaría que les autografiaran. Sem espera un autógrafo de Wout Poels y Dylan Groenewegen. A Tijn también le hubiera gustado que se unieran a nosotros otros corredores que no estarán allí el lunes por la noche. “Extraño a Vingegaard y Mathieu van der Poel”.
Fue todo un desafío para la organización del Daags na de Tour conseguir un buen grupo de corredores en la salida. Debido a los Juegos Olímpicos, el Tour de Francia terminó en Niza, lo que hace que el viaje a Boxmeer sea mucho más largo y complicado.
“Pero la perseverancia gana”, afirma el presidente Pierre Hermans. “Los corredores volaron a Ámsterdam, Bruselas, Düsseldorf y Eindhoven. Hemos organizado transporte VIP para que todos lleguen a tiempo”. Esto hizo posible que Dylan Groenewegen, Frank van den Broek, Wout Poels, Cees Bol, Elmar Reinders, Bram Welten y Mike Teunissen vinieran a Boxmeer.
Para Wout Poels, por ejemplo, el viaje fue diferente al de años anteriores. “No fue tan malo para mí”, dice. “Fue en avión de Niza a Düsseldorf. De allí a mi madre en Meerlo y ahora aquí en Boxmeer”.
“Normalmente hay que desviarse un poco de París para llegar a Boxmeer”, afirma Dylan Groenewegen. “Pero el viaje salió bien. El avión nos retrasó aproximadamente una hora. Pero la organización dispuso inmediatamente de transporte desde Schiphol. Llegamos a tiempo y pudimos comer algo. Así que tengo la energía para afrontarlo”.
Y eso se nota. Dylan compite plenamente en el campo. Wim Liebregts de Ottersum también lo ve. Es su día 46 después del Tour al que ha asistido. Tuvo durante años un café ciclista. Con un cronómetro sigue de cerca las diferencias en el pelotón y los tiempos por vuelta. “Aquí siempre es divertido y siempre hay buenos corredores. Es una pena que haya menos jugadores de primer nivel debido a los Juegos Olímpicos. Echamos de menos al número uno del Tour, Pogacar”.