Han existido durante veinte años y fueron el primer grupo de aficionados en el hockey: los Bloemigans del club de hockey Bloemendaal. “Tratamos de crear un ambiente para nuestros jugadores y convertirlo en una fiesta absoluta”, dice Bas Terheijden.
Y eso es lo que hace con ilusión el grupo de unas cuarenta personas. Banderas, tambores y al comienzo del juego se encienden varias ollas de humo en el techo de la casa club. “Son realmente una mano amiga. Crea mucho ambiente”, dice el capitán del Bloemendaal, Glenn Schuurman.
Bloemendaal en la final
Los Bloemigans vieron a su equipo vencer a Rotterdam 4-3 el pasado domingo. El equipo del entrenador Rick Mathijssen ahora se enfrenta al Amsterdam Pinoké en la final.
“En el hockey, por lo general, no tienes un estadio lleno y una audiencia que grita. Y ahora brindan algo extra”, dijo Mathijssen sobre los Bloemigans.