La madre de una joven de 17 años con discapacidad múltiple no podía creer lo que veía la madrugada del 5 de agosto. El autobús averiado que había delante de su casa en Assen había desaparecido. Este fue un gran revés para la familia. Dependen completamente del autobús para el transporte de su hija.
Un hombre de 28 años de Groningen y un hombre de 41 de Beilen fueron juzgados el viernes por este robo. El hombre de Groningen fue condenado a cuatro meses de prisión por robo de autobús, robo de bicicleta e infracciones de tráfico. El co-sospechoso mayor fue condenado a dos meses de prisión sólo por el robo de la bicicleta, de los cuales un mes era condicional.
La pareja fue arrestada poco después del descubrimiento del robo en Reitdiephaven en Groningen. Esto luego de una persecución policial. Los dos saltaron del autobús después de que éste se detuviera contra la pared de un garaje. Ambos hombres huyeron, pero los agentes fueron más rápidos.
Poco antes de la persecución, los hombres llamaron la atención de la policía arrojando una bicicleta señuelo al autobús en Zuidhorn. Pensaron que podrían venderlos por drogas. La policía recibió un informe de que se había activado el sistema de seguimiento de la bicicleta. Pronto se vio el autobús en el que se encontraba la bicicleta.
Los agentes notaron que el autobús era conducido de manera grosera. Las rotondas se tomaron incorrectamente a alta velocidad. El autobús chocó contra un Mercedes, que quedó con daños. El autobús continuó a toda velocidad. Los oficiales lo persiguen. El viaje acabó finalmente en Reitdiep.
Los dos sospechosos hablaron más con el juez que con la policía. El más joven dijo que le había pedido prestado el autobús a alguien para llevarse las cosas. En el camino había detenido al sospechoso de mayor edad. Ambos se dirigieron a Zuidhorn. Allí el mayor cargaba la bicicleta, mientras el menor hacía pipí.
Ambos estaban bajo los efectos de las drogas. Los hombres dijeron que no tenían idea de que viajaban en un autobús averiado. El juez no lo creyó: “Se podía ver de varias maneras que se trataba de un autobús averiado”. Y ambos sabían perfectamente que en el autobús transportaban una bicicleta robada, concluyó el juez.
No hay pruebas suficientes de que los hombres robaran el autobús. Sólo el más joven fue culpable de robar. “Pide prestado un autobús especial sin llave y el motor está en marcha cuando entra”. Ya habían sonado suficientes alarmas para él. El sospechoso mayor intervino más tarde, por lo que fue absuelto del cargo de esgrima.
El más joven estaba al volante. Conducía muy peligrosamente, dijo el juez. El vehículo quedó en pérdida total. El juez lo consideró muy malo. El exceso de velocidad es un delito y no un delito. Por ello, el hombre recibió una multa condicional de 500 euros. También fue condenado a cuatro meses de prisión, que también deberá cumplir.