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Mario Draghi ha exigido una “nueva estrategia industrial para Europa”, pidiendo a la UE que aumente las inversiones en 800.000 millones de euros al año para financiar reformas radicales y rápidas que impidan que la unión se quede atrás de Estados Unidos y China.
Además de respaldar una revisión general del modo en que la UE obtiene fondos de inversión, el muy esperado informe del ex primer ministro italiano pide que Bruselas impulse una reorientación significativa de la política económica.
Las recomendaciones clave incluyen relajar las reglas de competencia para permitir la consolidación del mercado en sectores como las telecomunicaciones; la integración de los mercados de capital mediante la centralización de la supervisión del mercado; un mayor uso de la contratación conjunta en el sector de defensa; y una nueva agenda comercial para aumentar la independencia económica de la UE.
“Nunca en el pasado la escala de nuestros países ha parecido tan pequeña e inadecuada en relación con la magnitud de los desafíos”, escribió Draghi en el informe para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Las razones para una respuesta unificada nunca han sido tan convincentes, y en nuestra unidad encontraremos la fuerza para reformar”.
El informe de Draghi llega mientras la comisión se prepara para un nuevo mandato de cinco años marcado por el estancamiento económico, una guerra a gran escala en su frontera y el ascenso de partidos de extrema derecha en todo el bloque.
El ex presidente del Banco Central Europeo, a quien se le atribuye haber salvado al euro durante la crisis monetaria hace más de una década, advirtió que sin un aumento de las nuevas inversiones (respaldadas por financiación privada y pública) y una mejora de la productividad, Europa quedaría aún más rezagada respecto de Estados Unidos y China.
Draghi afirmó que para abordar el problema de la falta de competitividad de la UE se necesitarían entre 750.000 y 800.000 millones de euros en inversiones anuales adicionales, equivalentes al 4,4-4,7 por ciento del PIB de la UE. Esto llevaría la relación inversión/producto interior bruto a un nivel no visto desde los años 1970.
“Es poco probable que el sector privado pueda financiar la mayor parte de esta inversión sin el apoyo del sector público”, escribió Draghi, y agregó que “será necesaria cierta financiación conjunta para la inversión en bienes públicos europeos clave, como la innovación revolucionaria”.
Reiteró los llamamientos a favor de un activo seguro común y de una financiación conjunta de la UE para respaldar los “bienes públicos europeos”, como la infraestructura energética común y las adquisiciones conjuntas de defensa, así como nuevos gravámenes a nivel de la UE para financiar un gasto más eficaz a través del presupuesto común.
Pero cualquier intento de contribuir con más dinero de los contribuyentes o de aumentar la deuda conjunta de la UE provocaría resistencia por parte de gobiernos más frugales en países como los Países Bajos y Alemania, que se oponen a una mayor financiación de la UE.
Von der Leyen se basará en el informe para redactar las llamadas cartas de misión a su nuevo equipo de comisarios, que definirán las prioridades políticas para los próximos cinco años del ejecutivo de la UE. Su nuevo equipo se dará a conocer el miércoles.
Si Europa no logra aumentar su productividad y sus niveles de crecimiento, corre el riesgo de ver cómo sus niveles de vida se deterioran, advirtió Draghi. “Tendremos que reducir algunas de nuestras ambiciones, si no todas”, añadió. “Es un desafío existencial”.
En materia de política de competencia, Draghi aboga por un cambio radical de enfoque en las evaluaciones de las fusiones para que las normas no “se conviertan en una barrera para los objetivos de Europa”.
En concreto, pide a Bruselas que permita la consolidación en el sector de las telecomunicaciones utilizando a la UE como “mercado relevante” en las evaluaciones, en lugar de los mercados nacionales. Además, sugiere que se dé mayor peso a la innovación en las revisiones de fusiones.
En el altamente fragmentado sector de defensa, Draghi destacó que “en ausencia de un gasto europeo común” el foco debería estar en la coordinación de las adquisiciones nacionales y los proyectos de defensa conjuntos, así como en una mayor consolidación del mercado “cuando una mayor escala generaría eficiencias”.