Por Pim Bijl
Cuando Céline van Gerner habla de su experiencia con el ejercicio de Epke Zonderland, recuerda la alternancia de silencio sepulcral y enorme ruido en el estadio. Habla con entusiasmo de esa famosa combinación de vuelos y de la tensión en las gradas, pues todos notaron lo especial que fue lo que hizo Zonderland. De repente se hace el silencio al otro lado de la línea.