Diez años de Thijsen en Tynaarlo: de Rode Fortuyn a alcalde

Hoy se cumplen diez años desde que Marcel Thijsen prestó juramento como alcalde de Tynaarlo. De Gelderlander tenía trabajo que hacer en un municipio donde, según sus propias palabras, “mucha gente había muerto políticamente”. Y aunque el propio Thijsen había sido uno de los protagonistas principales de una revuelta política años antes.

Aunque Thijsen (1968, Wijchen) creció en un hogar católico, se involucró políticamente con el Partido Laborista. “Garantizar el equilibrio en la sociedad, un partido popular: eso es lo que me enamoró en ese momento”, explica Thijsen en 2024. Vio cómo el PvdA perdía a nivel nacional su conexión con “el pueblo”. “Puedes unirte en torno a ideas abstractas, pero el hombre de la calle no lo sentía”.

Así, Thijsen, que después de años como miembro del consejo municipal era ahora concejal del PvdA en Wijchen, renunció a sus funciones. Junto con Paul Loermans y Twan van Bronkhorst, Thijsen fundó un nuevo partido: Kernachtig Wijchen.

“Esto provocó una onda expansiva”, se ríe Loermans unos quince años después. “A Marcel no le gustó que se fuera, pero no fue el único. No creo que esto haya dificultado el trabajo en la política local. Fue puramente una diferencia de visión política. También lo pudieron hacer en el PvdA para ver.”

Kernachtig Wijchen se convirtió inmediatamente en el más grande durante las primeras elecciones. No es de extrañar que el flamante partido haya elegido a Thijsen como concejal. “Es un pensador estratégico”, explica Loermans. “Lo viví durante esos años como un político que logra sus resultados”.

En 2014, Thijsen pensó que ya había tenido suficiente. Si el municipio de Tynaarlo parece estar buscando alcalde, éste lo presenta inmediatamente. “Su llegada supuso un gran cambio”, afirma Jurryt Vellinga (antiguo concejal de Leefbaar Tynaarlo y ahora concejal). “Es un hombre sorprendente, con modales francos”.

Thijsen es en algunos casos ‘un-Drents’. “Puede ser muy directo”, afirman Loermans y Vellinga. No siempre es apreciado por esta claridad, pero Loermans sí la ve como uno de sus puntos fuertes.

“Si aquí en Wijchen decimos: ‘Eso podría funcionar’, entonces pueden estar seguros de que no sucederá. Marcel siempre fue claro. Es sí o no, y si no es posible, no mantendrá las apariencias. como podría ser.”

Esta franqueza, en combinación con la fundación de su “propio partido”, le ha valido el apodo de “el Fortuyn Rojo” en Gelderland. Loermans puede reírse de ello. “Con el rojo se refieren a su pasado en el PvdA. Y Marcel puede ser maravillosamente miope, como lo era Fortuyn. Pero no creo que sea tan rojo, Marcel es más bien un socialdemócrata a la antigua usanza”.

Thijsen adoptó el nombre como un “nombre de mendigo”. “Pero no estoy necesariamente orgulloso de ello. Creo que Fortuyn ya no estaba abierto a los demás en su época. Y si ya no tienes eso, no creo que encajes en la administración pública”.



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