El español por fin protagonista con el gol decisivo. Con partidos así puede convencer a los rossoneri de que inviertan en él
Fue una especie de déja vù juerguista del partido contra la Juve. Ese día Leao había colocado a Díaz a horcajadas sobre sus hombros, esta vez lo levantó de frente. Siempre como se hace con un hijo, quizás porque Brahim en presencia de los casi 190 centímetros de Rafa realmente parece un niño. Enfant prodige, cuando hace cosas como esta noche.
El hombre del partido, el número 10 que finalmente hace precioso un partido de su equipo. Antes de que Leao lo levantara en brazos, los dos se dieron la mano y exhibieron una reverencia mutua. También se puede celebrar así, con cierta clase, y cuesta mucho abstenerse de correr por todo el césped de San Siro tras un gol tan pesado.
A remolque
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Así fue el gol de reconciliación entre el AC Milan y el balón y los rossoneri con el AC Milan. Tiene un valor invaluable porque realmente podría ser esa chispa capaz de volver a arrancar el motor atascado. Un gol buscado y muy deseado, que se va a remolque de un roce de neumáticos de Hernández en la banda. Una primera conclusión con las manos ya hacia el cielo, para luego darse cuenta de que Forster había hecho el desfile de su vida. Pero San Siro miró hacia abajo con benevolencia y volvió a poner el balón en la cabeza de Brahim que bailaba en el aire. Prácticamente le acompañó solo hasta el gol, un poco como lo hizo -con las debidas proporciones- ante la Juve. “Hay que seguir con este espíritu y mirar hacia delante -dijo el español tras el partido- Estas victorias son buenas para el equipo. Somos increíbles, al igual que la afición”. Díaz marca y consigue dos goles en uno: devuelve la esperanza a su equipo de cara a un partido de vuelta que muchos ya habían tildado de inútil molestia durante la semana, y devuelve una dimensión honrosa al rol de centrocampista ofensivo, que este año en Milanello pasado de moda.
Saldo positivo
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De hecho, Díaz hizo más o menos todo con el Tottenham. El centrocampista ofensivo, el delantero (gol de un delantero centro puro), el aguafiestas de los demás, el mediano. Le dio mano muy fuerte a Tonali y Krunic para asfixiar a Skip y Sarr, siempre buscó la luz entre las líneas contrarias. A veces, como le suele pasar, se obstina en las jugadas imposibles, pero el balance es decididamente positivo. Estamos a mediados de febrero y actuaciones similares, bañadas en goles que pueden ser de capital importancia en los cuartos de final, también le servirán en junio, cuando el Milan y la Real tendrán que discutir qué hacer con él. Brahim ya ha aclarado sobradamente que su objetivo es quedarse en el Milanello, pero baraja una rescisión de 22 millones (con contracompra a los 27), que el club del AC Milan intentará bajar de los 20. A Pioli le gustaría quedarse con él El Milan lo hará si la cifra es razonable y mientras tanto Díaz intenta hacer lo único con lo que realmente puede convencer a todos: devolverle nobleza al número que lleva sobre sus hombros.
15 de febrero – 00:11
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