Era un día antes del Día del Padre y Devon Geurden de Den Bosch quería recibir un regalo. De camino al centro fue atropellado por un coche que iba en su moto. Llegó cien metros más adelante. Se temía por su vida. Devon sobrevivió al accidente, pero perdió su brazo izquierdo. Ahora, más de tres años después, Devon se muestra más positivo que nunca e incluso en el fútbol internacional.
Devon (29) no recuerda nada sobre el accidente en sí. Sufrió una hemorragia arterial y perdió dos litros y medio de sangre. “Por suerte había un bombero enfrente de donde yo yacía, que me cerró la arteria con un trozo de hilo. Si hubiera perdido un poco más de sangre, ya no estaría allí. Ese hombre me salvó la vida”.
Devon quedó en coma después del accidente y no estaba claro cómo se recuperaría. “Mi cuerpo había recibido un duro golpe, pero afortunadamente mi corazón seguía funcionando. Me operaron durante doce horas e intentaron salvarme el antebrazo y el codo. Al final eso no funcionó y mis padres aceptaron una amputación”.
Sus padres temían la reacción de Devon si veía su brazo izquierdo amputado. “Pero hasta el día de hoy estoy contento con esa elección tan rápida. Hablé con un psicólogo varias veces, pero no pudo hacer nada por mí porque yo estaba muy positivo al respecto. Nunca tuve una caída o un flashback”.
Tuvo que recuperarse durante al menos un año. A Devon le dieron una prótesis, pero solo la usó unas pocas veces. “Al principio fue muy conflictivo y vi gente mirando mi muñón. Pero ahora ya ni siquiera lo noto. Esa prótesis se queda en el armario, esto es lo que soy. Puedo hacer de todo menos atarme los zapatos y cortar carne”.
Su actitud positiva al final le aportó mucho. “Ahora tengo un gran trabajo como asesor de sostenibilidad. Y gracias al consejo de un colega, encontré una nueva pasión. Leí más sobre esto en Internet y finalmente terminé en el equipo holandés de fútbol para amputados”.
Al principio quería participar como futbolista. “Jugué al fútbol hasta los 19 años, hasta que me rompí el tobillo en un accidente de scooter. Casualmente en la misma carretera donde tuve mi accidente de moto. Pero en el equipo de amputados sólo puedes jugar al fútbol si tienes una pierna amputada. Podría dedicarme a la portería, aunque no tenía experiencia en eso. Mi padre siempre ha sido portero. Decidí aceptar el desafío”.
La selección nacional entrena en Utrecht todos los domingos y, durante la semana, Devon va a veces al campo de entrenamiento con su padre. “Llevo un año y medio como portero y cada vez estoy mejor. Después de las vacaciones quiero apuntarme a una academia de porteros. Recientemente nos clasificamos para el Campeonato de Europa de 2024. Allí nos enfrentaremos a los mejores países y queremos rendir lo mejor posible como equipo”.
Antes de cada partido tiene que pegarse el muñón al cuerpo con cinta adhesiva. “El árbitro lo comprueba. Estoy acostumbrado y veo el fútbol como un hobby maravilloso que me da energía. Viajas por todo el mundo, conoces a mucha gente y podremos ir al Campeonato de Europa el año que viene. Esperemos que aún más gente se entusiasme con este equipo, porque seguro que nos vendría bien algo de fuerza”.
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