Phara de Aguirre: “Hace tres años estaba en Werchter con un amigo y empecé a hablar con Eva (Pintelon, editor, ed.)† “Entonces, ¿cómo está tu notario?”, preguntó mi amiga, ella conocía a Eva”.
Eva Pintelon: “’Bien’, le respondí, a lo que Phara: ‘Ja, ¿eres esposa de un notario? No te ves así. Una vida bastante emocionante, ¿no es así?’”
De Aguirre: “Así ha arrancado la idea de echar un vistazo tras bambalinas. Casi todo el mundo llama a un notario al menos una vez en la vida, pero en realidad no tienes idea de lo que sucede en esa práctica”.
Cuando mi pareja y yo compramos una casa, se confirmó lo que ya sospechaba: pagas una cantidad de dinero increíble por un trabajo que cualquier mono con sombrero puede hacer igual de bien.
el aguirre (Risas): “Cuando le decía a la gente lo que estaba haciendo durante el último año, a menudo recibía la misma respuesta: ‘Oh, notarios. Superfluo, caro y lento’. Bueno, no me corresponde a mí defenderlos, pero sí quiero señalar que tienen que estudiar cinco años y luego hacer un año más como notario y tres años de pasantía. Y finalmente, también tienen que aprobar el examen competitivo.
“Cuando el ministro de Justicia, Van Quickenborne, anunció recientemente su reforma de la tarifa notarial, escuché a un colega en la radio preguntar: ‘¿Esa profesión no se transmite de padres a hijos?’ Así que no, ese sistema es cosa del pasado desde el año 2000”.
Pintelon: “Y ese examen competitivo es extremadamente difícil, ¿no?”
De Aguirre: “Solo los noventa mejores pueden convertirse en candidatos a notarios de derecho civil. Un notario de Pelt al que seguimos está ansioso por asociarse con uno de sus empleados, porque se está ahogando en el trabajo. Pero ninguno de ellos ha tenido éxito hasta la fecha”.
¿Pueden los notarios de derecho civil que usted sigue en realidad solo hablar sobre asuntos específicos?
De Aguirre: “No, tienen secreto profesional. Y cuando contaban historias de antaño, a menudo cambiaban los nombres de sus clientes por discreción. Cuatro de las once personas que seguimos están jubiladas, por lo que pueden hablar más libremente”.
Pintelon: “Una de ellas fue una vez la segunda notaria de derecho civil en Amberes. ¡Las historias que escuchas de una persona así!”
De Aguirre: “Se le llenaron los ojos de lágrimas cuando contó la vez que tuvo que hacer testamento para una mujer terminal que quería arreglar la custodia de su hija. Esa mujer apenas tuvo fuerzas para firmar, pero lo logró. Al día siguiente ella murió”.
Pintelon: “Nuestra idea de la profesión notarial ha cambiado para mejor. Estoy seguro de que será lo mismo para los espectadores”.
el notarioUno, jueves 10 de marzo, 21.35 h.
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