Detenido Matteo Messina Denaro


Estaba internado en un hospital de día en una clínica de Palermo, la Clínica Maddalena, especializada en el tratamiento del cáncer. Es allí donde los Carabinieri del Ros identificaron y arrestaron al jefe Matteo Messina Denaro, hijo de Don Ciccio y un hombre de confianza de Totò Riina llamado u curtu. Así terminó el fugitivo del mafioso de Castelvetrano en la provincia de Trapani: el mafioso Matteo Messina Denaro había estado prófugo desde el verano de 1993. La investigación que condujo a la detención del capo mafioso de Castelvetrano (Tp) fue coordinada por el fiscal de Palermo Maurizio de Lucia y el fiscal adjunto Paolo Guido.

Matteo Messina Denaro había ido a la clínica privada donde fue arrestado “para someterse a terapia”, confirmó el comandante de la Ros de los carabinieri Pasquale Angelosanto después de la detención del jefe por parte de los hombres del grupo especial junto con los de Gis y el comandos territoriales.

En aquel verano del 93 u siccu, como llamaba la mafia a Matteo Messina Denaro, en una carta escrita a su entonces novia, Angela, tras las matanzas mafiosas de Roma, Milán y Florencia, anunciaba el comienzo de su vida como prímula roja. . “Oirás de mí -le escribió, dando a entender que sabía que poco tiempo después su nombre sería asociado a un grave derramamiento de sangre- me pintarán como un demonio, pero todo son falsedades”.

El capo de la mafia de Trapani fue condenado a cadena perpetua por decenas de asesinatos, entre ellos el del pequeño Giuseppe Di Matteo, el hijo del pentito estrangulado y disuelto en ácido tras casi dos años de cautiverio, por las masacres del 92, que le costaron la vida a los jueces Falcone y Borsellino, y por los atentados de 1993 en Milán, Florencia y Roma. Messina Denaro era el último jefe mafioso de “primera magnitud” que aún buscaba. Cientos de agentes de la ley han estado involucrados en su arresto a lo largo de los años. Hoy él la atrapa, lo que puso fin a su escape de una década. Un prófugo récord como el de sus fieles aliados Totò Riina, que escapó esposado durante 23 años, y Bernardo Provenzano, que logró evitar la prisión durante 38 años.

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