Después de un período de prueba de dos años, al director David Breyne se le permitió hacer la cuenta regresiva hasta su nombramiento permanente. Pero eso no sucedió, la junta escolar lo dejó a un lado. Esa decisión provocó una tormenta de protestas entre el personal y los padres. La ciudad intentó mediar, pero una nueva escuela con David a la cabeza parece ser la única solución.
“Una interacción debe ser una vía de doble sentido. Y si no hay interacción por parte de las personas para las que hemos tratado de encontrar una solución, entonces tendremos que buscar otra cosa”, explica el alcalde Sandy Evrard. “Desde nuestra perspectiva, ésta era la única solución, tanto para mí como para el equipo”, añade David Breyne.