Después de la compensación de la corona, los países del euro vuelven a optar por una política fiscal más frugal

Impulsar la economía con cientos de miles de millones de euros de las arcas estatales «ya no está justificado», dijeron los ministros en un comunicado conjunto. Reducir el IVA y los impuestos especiales sobre el combustible y la electricidad para ayudar a los ciudadanos con facturas de energía más altas también es ineficaz. Los ministros temen el aumento de la deuda pública, el aumento de las tasas de interés y una espiral de precios y salarios que empujará a la economía a la recesión este otoño.

“Querer compensar continuamente no es posible”, dijo la ministra de finanzas holandesa, Sigrid Kaag, al comienzo de la consulta en Bruselas. “Eso no es financieramente sostenible”. Según el ministro, “debemos darnos cuenta de que colectivamente nos estamos empobreciendo un poco”.

En lugar de un estímulo general costoso, los ministros de la eurozona quieren soluciones a la medida para proteger solo a los grupos más vulnerables. Todos los países deben controlar la deuda pública frenando el crecimiento del gasto. De lo contrario, el BCE no logrará frenar la inflación.

Agitación del mercado financiero

Con su comunicado, los ministros de Hacienda cambian el rumbo de la política fiscal europea. En marzo, los ministros abogaban por ‘política presupuestaria solidaria’ para este año y descanso en 2023. Ahora el mensaje es que el año que viene hay que poner freno al gasto.

La invasión rusa de Ucrania ha socavado la incipiente recuperación de la economía después de la pandemia de la corona. A finales de esta semana, la Comisión Europea presentará sus previsiones económicas de verano y no será soleado. La escasez de energía, el rápido aumento de los precios, el aumento de la deuda y la escasez de mano de obra están frenando las oportunidades de crecimiento y creando inquietud en los mercados financieros sobre la situación en los países más débiles de la zona euro, como Italia. Los ministros también están preocupados por la economía alemana, que es de gran importancia para todos los países de la UE.

«Se acabó el dinero», dijo un diplomático de la UE preocupado. Para países con una deuda pública alta, como Italia, Grecia y Portugal, cada vez es más caro pedir prestado para pagar y renovar sus títulos de deuda. Pero el período de los préstamos ultrabaratos para impulsar la economía también parece estar llegando a su fin para los Países Bajos y Alemania. Algunos funcionarios de la UE temen grandes tensiones norte-sur en la eurozona si la situación económica se deteriora aún más. Kaag está menos preocupada por esto, porque cree que es poco probable que se repita la crisis del euro de 2010-2012.



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