Moldavia pertenecía a la Unión Soviética y en 2014 firmó un acuerdo de asociación con la Unión Europea. Sin embargo, ese acuerdo de ninguna manera ofrece al país una garantía de futura membresía. Al igual que Georgia, Moldavia todavía está incluida en su esfera de influencia por parte de Rusia. No es casualidad que los dos países soliciten la adhesión a la UE en un momento en que las tropas rusas están librando una guerra en Ucrania. El presidente Volodimir Zelensky abogó esta semana por la adhesión acelerada de su país a la Unión.
Es probable que las solicitudes de membresía se discutan en la cumbre europea en París la próxima semana. En cualquier caso, las negociaciones de adhesión a la UE son una empresa a muy largo plazo, que también implica reformas importantes en los países candidatos. Además, al final del día, cada uno de los Estados miembros existentes debe aceptar la membresía.
Con sus 2,6 millones de habitantes, Moldavia es uno de los países más pobres de toda Europa. La emigración es enorme, especialmente como resultado del desempleo endémico. Casi un tercio de la población se ha ido desde principios de la década de 1990.