Después de dos años récord, los belgas traen menos lámparas y electrodomésticos desechados

El año pasado se recogió una media de 0,8 kilos menos por belga, hasta los 10,3 kilos por habitante. Recupel, que se encarga de la recolección y procesamiento de los electrodomésticos, explica la disminución después de dos años récord debido al período de la corona. “En ese entonces, la gente estaba a menudo en casa y se compraban, reemplazaban y limpiaban más electrodomésticos. Ese efecto desapareció en 2022”. Parece que la incertidumbre económica y la guerra en Ucrania también refuerzan la tendencia a “acaparar” cosas.

No obstante, la organización nos pide que sigamos trayendo dispositivos en desuso. “Todavía hay alrededor de 50 millones de ellos en los hogares belgas. Eso no le sirve a nadie, nosotros nos encargamos de que tengan una nueva vida”, dice Recupel. Si los aparatos ya no se pueden reparar, las piezas se reciclan.

El año pasado, el canal de recolección más importante siguió siendo el parque de contenedores (cuota de mercado del 53,6 por ciento), seguido del sector de la distribución (22,9 por ciento), los recolectores chárter (14,4 por ciento) y las tiendas de reciclaje (9,1 por ciento).

Recupel apunta que las cifras de recaudación volverán a subir en los primeros meses de 2023, pero cree que todavía es pronto para hablar de una mejora estructural.



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