Después de asaltar el palacio presidencial, los manifestantes también incendiaron la casa del primer ministro en Sri Lanka.


Los manifestantes culpan al presidente de la crisis económica de Sri Lanka, la peor desde que el país obtuvo su independencia en 1948. Ha habido escasez de alimentos, medicinas y combustible durante meses. Protestas anteriores provocaron la salida del gobierno de los familiares de Rajapaksa. El propio presidente se niega a dimitir.

Los manifestantes enojados lograron entrar a la casa a pesar de los intentos de las fuerzas de seguridad por detenerlos. Las barricadas policiales no los detuvieron y se utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos contra la multitud. Según un testigo, también hubo disparos al aire. Al menos 21 personas, incluidos dos policías, resultaron heridas en los disturbios del sábado.

Rajapaksa ha sido llevado a lugares más seguros. Según la fuente de Defensa, Rajapaksa sigue siendo el presidente del país y está protegido por los militares.

La casa del primer ministro en llamas

Según la agencia de noticias AP, los manifestantes también irrumpieron en la casa del primer ministro Ranil Wickremesinghe y le prendieron fuego. No está claro si el Primer Ministro también estaba presente en ese momento.

Sin embargo, Wickremesinghe había anunciado hoy que está listo para renunciar a favor de un gobierno de unidad nacional. El primer ministro había convocado una reunión gubernamental de emergencia para discutir una «solución rápida» a la actual crisis política. Los líderes del partido en el parlamento exigieron su renuncia, al igual que la del presidente. El portavoz del primer ministro, Dinouk Colambage, dice que Wickremesinghe dimitirá cuando todas las partes estén de acuerdo en formar un nuevo gobierno.

Toque de queda

Las fuerzas de seguridad habían impuesto un toque de queda el viernes en un intento de disuadir a los manifestantes de salir a las calles, pero esa medida se levantó pronto después de que partidos de oposición, grupos de derechos humanos y abogados amenazaron con procesar al jefe de policía.

Los manifestantes también ignoraron en gran medida el toque de queda. Algunos incluso obligaron a la compañía ferroviaria a llevarlos en tren a la capital, Colombo, para participar en una manifestación.

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