Afortunadamente, Ucrania acababa de abrir las noticias de las ocho, Derk Sauer (69) comenzó en invitados de verano. Bueno, nada contento, porque la guerra está muy mal, por supuesto, se corrigió rápidamente, pero estaba contento de que la guerra volviera a llamar la atención, porque corría el peligro de desaparecer un poco de las noticias.
Si algo queda claro después de ver a Sauers invitados de veranonoche, es la guerra que domina la vida del periodista y empresario que huyó de Rusia. No sólo por su labor como redactor jefe de Los tiempos de Moscú, pero también por su nostalgia de Rusia; el país donde vivió con su esposa desde 1989 y hasta hace poco, donde tuvo tres hijos y al que -como demostró la fascinante y actual selección de fragmentos fílmicos- anhela volver.
Sauer había dicho de antemano que quería mostrar cómo y por qué entramos en la guerra actual. Así explicó su saque inicial con un fragmento del video el ocupante, en el que vemos impactantes imágenes privadas de un jovencísimo soldado ruso antes y durante la invasión de Ucrania. Vemos al joven, que ahora es un prisionero de guerra, como un padre orgulloso, borracho con amigos y finalmente entre las ciudades y las personas destruidas.
Desde temprana edad, Sauer se sintió atraído por la aventura. Algo que parece compartir con los rusos, de quienes dice que son cualquier cosa menos reacios al riesgo. Su tío, el héroe de la resistencia Peter Tazelaar, conocido en su familia como “el verdadero Soldado de Orange”, fue un modelo a seguir para él. El anhelo de una vida tan inmersiva llevó a Sauer al IRA en Belfast a la edad de 19 años y finalmente lo llevó a Rusia, donde construyó un imperio mediático bajo la protección de un oligarca.
Su biografía al estilo de Tintín entregó jugosas anécdotas a lo largo de la noche sobre los tratos con la mafia rusa en los casinos y las armas que transportaba para el IRA. Sauer habló con notable sobriedad al respecto. ¿Qué lo llevó a transportar armas como periodista?, preguntó Janine Abbring, quien regularmente criticaba al escurridizo empresario de los medios. No era un verdadero periodista en ese momento, respondió Sauer. “Yo era un revolucionario con una pluma”.
Sus días como revolucionario quedaron atrás. Su idealismo se refleja ahora en el mantenimiento del periodismo ruso independiente. Llamó la atención sobre la difícil situación de esto con un extracto de A la mierda este trabajo, sobre la estación de noticias rusa Dozhd TV. Y en expresar repetidamente su disgusto por el régimen de Putin, algo que lamenta no haber hecho mucho antes y con mucha más claridad.
“¿Qué es lo primero que vas a hacer cuando regreses a Rusia?”, preguntó Abbring. Cene con esos rusos maravillosamente diversos y brinde mucho con ellos, respondió Sauer. Y brindaron por eso.