Depósitos intermediados: la adicción a fondos volubles aumenta los riesgos para las regionales de EE. UU.


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Los bancos regionales estadounidenses han vuelto a una posición estable después de las turbulencias del primer semestre del año. En aquel entonces, el colapso de Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic en apenas dos meses desencadenó una crisis de confianza en el sector.

La intervención de las autoridades financieras evitó corridas en otros bancos. Pero la rentabilidad sigue siendo un desafío. Las altas tasas de interés significan que los bancos pequeños y medianos seguirán dependiendo de financiamiento costoso, particularmente depósitos intermediados.

Como su nombre lo indica, estos depósitos son canalizados por socios externos. Por ejemplo, un banco acudirá a una agencia de corretaje externa como Fidelity y le pedirá que encuentre clientes para un gran bloque de certificados de depósito de alto rendimiento.

Para el banco, es una forma rápida de conseguir una gran afluencia de financiación de una sola vez. Para el corredor, es una forma rápida de ganar algo de dinero.

Los bancos estadounidenses tenían en conjunto casi 1,3 billones de dólares en depósitos intermediados al final del tercer trimestre, según la Reserva Federal. Esta cifra supone un aumento respecto de los 754.000 millones de dólares de hace un año y está cerca del máximo histórico previo a la pandemia.

El problema de estos depósitos es su volatilidad. Los inversores que buscan altos rendimientos tienden a retirar su efectivo. El presidente de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, Martin Gruenberg, advirtió que el fuerte aumento de este “dinero caliente” presenta riesgos de liquidez.

La agencia de calificación S&P Global citó esto como una razón para rebajar la calificación de cinco bancos regionales a principios de este verano.

En PacWest, los depósitos intermediados representaron el 22 por ciento de todos los depósitos a finales de septiembre, frente al 11 por ciento del año anterior. En Western Alliance, la cifra es aproximadamente el 12 por ciento del total de los depósitos.

Los depósitos intermediados son caros. Están elevando los costos y pesando sobre los ingresos netos por intereses. La carga se ve incrementada por la desaceleración del mercado de préstamos comerciales, el pan de cada día de los bancos regionales.

La preocupación de los inversores y reguladores es que los depósitos intermediados empujen a los bancos regionales a realizar préstamos riesgosos. El salto de la sartén al fuego es peligrosamente fácil.

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