El grupo estadounidense de ropa American Eagle Outfitters Inc. (AEO) también ha sentido los efectos de las condiciones adversas en los últimos meses. Las cifras del primer trimestre de 2022/23, que la empresa presentó el jueves por la noche, no cumplieron con las expectativas. Debido a que la gerencia luego redujo significativamente su pronóstico de ganancias para todo el año, el precio de las acciones cayó inmediatamente en más del diez por ciento.
En los meses de febrero a abril, las ventas del grupo alcanzaron un nivel de 1.060 millones de dólares estadounidenses (985,1 millones de euros). Fue sólo un dos por ciento por encima del trimestre correspondiente del año anterior. Además, la adquisición de empresas de logística aportó tres puntos porcentuales al desarrollo de las ventas, explicó la empresa. La etiqueta Aerie se desarrolló sólidamente, y logró un aumento del ocho por ciento a 321,7 millones de dólares estadounidenses. La marca principal American Eagle, por otro lado, tuvo que aceptar una caída en las ventas del 6 por ciento a 685,6 millones de dólares estadounidenses.
Mayores costos de fletes, la integración de las nuevas adquisiciones y mayores gastos de personal hicieron que el resultado se deslizara. La ganancia operativa cayó un 69 por ciento a 41,9 millones de dólares USA. El ingreso neto fue de $31,7 millones, un 67 por ciento menos que el trimestre del año anterior.
En vista de las cifras decepcionantes, la empresa revisó a la baja su previsión de beneficios: ahora solo espera un beneficio operativo “superior a los 314 millones de dólares alcanzados en el ejercicio 2019/20”. Anteriormente, la gerencia había apuntado entre $550 y $600 millones.
“El primer trimestre resultó difícil ya que la demanda estuvo muy por debajo de nuestras expectativas, lo que redujo las ganancias operativas”, admitió el director ejecutivo Jay Schottenstein en un comunicado. “En retrospectiva, nuestros planes a principios de año eran demasiado optimistas. Debido al aumento de la inflación y al aumento de los precios de la gasolina, los clientes cambiaron su comportamiento de compra “más de lo esperado” y gastaron menos en ropa, explicó el CEO. Según Schottenstein, la compañía ahora tomará “medidas rápidas” para ajustar los inventarios y la base de costos a las nuevas circunstancias y estar “mejor preparada para las tendencias de la demanda” en la segunda mitad del año.