Del sueño a la realidad: Ingo cambia a Wieringer Frietkraam por una aventura sueca

En un callejón sin salida del pequeño pueblo de Westerland, Ingo Halfweeg dirige desde hace varios años el Wieringer Frietkraam. Los conos con patatas fritas caseras ruedan sobre la encimera como hot cakes y las croquetas y rollitos de primavera de nuestra propia receta también son un gran éxito. Sin embargo, Ingo pone a la venta su exitosa tienda para embarcarse en una nueva aventura en Suecia.

Ingo Halfweeg, de Westerland, ha tenido varios trabajos a lo largo de su vida. Fue chef en un restaurante, camionero y desde hace unos cuatro años deleita a Wieringer y a los turistas con muchas delicias en su Wieringer Frietkraam. Sus patatas fritas caseras son especialmente populares.

Las patatas fritas se elaboran con patatas de la variedad Agria, que crecen cerca de su tienda de patatas fritas en Noorderkerkweg, en Westerland. Se puede decir que es una verdadera fórmula de éxito, porque ahora mucha gente sabe dónde encontrar su tienda de chips remota.

Suecia

El negocio va bien para Ingo, pero aun así decide poner a la venta su tienda de chips. Un sueño largamente esperado se está haciendo realidad: está abriendo su propio bed & breakfast en el pueblo sueco de Hultsjö, donde desde hace varios años tiene una casa de vacaciones.

«Allí es agradable y tranquilo. Aquí en los Países Bajos se está volviendo cada vez más loco y agitado. Por mi propia salud, creo que es mejor irme», dice el fabricante de patatas fritas detrás de su freidora.

En Suecia, Ingo espera poder llevar una vida menos estresante. «Estoy en la restauración desde los catorce años. La restauración es un auténtico manicomio. Lo es todos los días. Durante los últimos diez años quería tomármelo con más calma», explica.

Comprador potencial

Halfweeg espera terminar por completo dentro de un año y por eso ha puesto oficialmente a la venta su tienda de chips. «Ya tenemos un comprador potencial», afirma. Una vez vendida la tienda, Ingo definitivamente podrá avanzar en esa dirección, pero tendrá que montar el bed & breakfast en gran medida él solo. Su esposa seguirá viviendo en los Países Bajos por el momento. «Todavía tiene su propia peluquería», dice Ingo.

Aun así, eso no debería estropear la diversión e Ingo espera con ansias su próxima aventura en Suecia. «Agradable y tranquilo.»



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