Del mensaje de texto de su esposa a la cláusula: Mancini, la verdad sobre su renuncia


No habría habido mención de colaboradores y personal: pero ese nudo en caso de no calificación…

elizabeth esposito

– ROMA

Que la selección nacional es un patrimonio de nuestro país es bien sabido. Pero es precisamente la importancia que tienen los Azzurri desde el punto de vista deportivo, social y cultural lo que obliga a todos a ser lo más claro posible. Y hasta ahora poco se ha hablado sobre la polémica renuncia de Roberto Mancini como comisario técnico.

SMS de la esposa

El técnico de Jesi dio su versión de los hechos, refiriéndose sobre todo a la falta de confianza por parte de la Federación de Fútbol y el presidente Gabriele Gravina y el cambio en bloque de su plantilla. Pero algo no cuadra. Comencemos por el SMS que el 8 de agosto, cuatro días antes de la formalización de la renuncia, la esposa del ahora exentrenador Silvia Fortini, abogada que también se ocupa de la carrera de su esposo, envió a Gravina. Es un mensaje franco, en el que primero se sondea si el presidente está de vacaciones para no molestar, pero que luego va al grano, pidiendo -en nombre de la serenidad de Mancini- modificar el contrato eliminando la cláusula de rescisión. en caso de no clasificación para el ‘Europeo. No aparece la palabra plantilla (ni siquiera está en la hoja que el técnico escribió de puño y letra el día 12 para formalizar su dimisión), se limita a hacer referencia a las noticias del último mes, entre ellas el nombramiento del técnico único. coordinador de las selecciones sub-21 y sub-20, una elección que difícilmente puede verse como una falta de confianza.

La Cláusula

En cambio, lo que está claramente escrito es la cláusula que prevé la rescisión del contrato del técnico si no va a la Eurocopa 2024, cuestión que parece ser central para el técnico. El propio Mancini admitió que había pedido su cancelación con ese mensaje enviado por su mujer, con el objetivo de poder trabajar con más tranquilidad.

Compensación

Sin embargo, uno se pregunta por qué un entrenador, que en este caso concreto también llevó a la selección a la victoria en el último torneo continental, está tan preocupado y sobre todo ahora por la no clasificación. El temor es que en la base de una petición tan importante como para llevar a Mancini a esta súbita dimisión, también pudiera haber un deseo de protegerse -sobre todo desde el punto de vista económico- en caso de que la aventura de los azzurri termine incluso antes. comenzar. Por supuesto, el fracaso de la Copa del Mundo debe haber hecho mucho daño, pero luego Gravina había seguido depositando plena confianza en su entrenador, ahora había decidido -sin guardar un secreto pero poniéndolo en blanco y negro- que si Italia fallaba de nuevo gol de la clasificación, Mancini sería sustituido. Quitar la cláusula ahora no tenía sentido para el presidente, además porque la selección nacional pronto tendrá una imagen más clara de su camino. Los días 9 y 12 de septiembre, los Azzurri están llamados a una doble prueba decididamente importante: el partido fuera de casa en Skopje contra Macedonia y el partido contra Ucrania en San Siro. Quien esté en el banquillo azul tendrá que arremangarse para ganar porque la situación que deja Mancio no es muy cómoda y el camino a Alemania se puede complicar mucho.

Riesgo de manos vacías

Mancini, que con la selección (tras la renovación hasta 2026) ganaba 3 millones netos por temporada, parece por tanto no haber querido correr el riesgo de quedarse con las manos vacías. Porque si por un lado había una calificación no precisamente obvia que le podría haber dejado sin indemnización ni indemnización, por otro está Arabia Saudí con un contrato de tres años por valor de 40 millones por temporada a punto. Cifras locas con las que -si la negociación sale adelante- no tendrá grandes problemas para pagar una sanción. De hecho, el contrato que había firmado con el Federcalcio no incluye cláusulas ni argucias que permitan a Mancini liberarse hasta cero, a pesar de lo dicho hace dos días por De Laurentiis quien en su duro ataque a Gravina aseguró que la FIGC había «sufrido la renuncia de Mancini apenas unas semanas después de dos partidos muy importantes» porque «faltan los instrumentos legales adecuados para retenerlos y determinar el cumplimiento de los contratos». Pero si en un principio en vía Allegri, también en agradecimiento por los años que pasamos juntos, se decidió no emprender acciones legales contra el ex entrenador, ahora se baraja seriamente la hipótesis. Aunque solo sea porque, cuando se trata de un patrimonio tan importante como el de nuestra selección, es fundamental aclarar las cosas.





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