Del enfado a la euforia, así construyó Leclerc la victoria de Ferrari en Austin


El monegasco había terminado la carrera al sprint con un cuarto puesto insatisfactorio. Pero supo transformar la decepción en la carrera perfecta.

Giulia Toninelli

21 de octubre – 18.18 h – MILÁN

Leclerc respira, mientras intenta mentalmente contenerse ante las cámaras en una entrevista de un sábado americano para olvidar rápidamente. Libera la ira de un día que no le satisface, a pesar de que los resultados del equipo son más que alentadores. El monegasco cerró la carrera sprint con una cuarta posición y Ferrari, que intenta mantenerse en el Mundial de constructores, sumó puntos importantes gracias también a la excelente segunda posición obtenida por Carlos Sainz. El ritmo está ahí y el aperitivo de cara al partido del domingo parece tentador. La clasificación tampoco decepcionó: los rojos partían desde la segunda fila con el español tercero seguido por Leclerc en cuarta posición. Pero Charles no está contento y ni siquiera intenta ocultarlo. “No entraré en demasiados detalles”, dice el monegasco después del sprint, visiblemente molesto por la batalla en carrera con su compañero de equipo cuyo enfoque, continúa el piloto, “hoy ha dado sus frutos en comparación con el mío”. El enfado de Leclerc es el de quien no está satisfecho, sobre todo cuando sentado dentro de su coche siente el potencial de poder luchar por algo grande. Está más enfadado allí, ante un cuarto puesto un sábado en Austin, que en muchos otros fines de semana difíciles y decepcionantes concluidos a lo largo de los años con Ferrari. Sabe que la pelea con Sainz no le permitió mostrar el potencial real del coche y salir detrás de su compañero en carrera echa sal a la herida, en un fin de semana difícil de enderezar desde el punto de vista emocional. “Mañana lo haremos mejor”, promete Leclerc, pero la decepción en el fondo de sus ojos es aterradora, en vista de una carrera cuyo objetivo para Ferrari es maximizar los resultados, estudiando las respuestas del circuito americano a las actualizaciones que se han producido a lo largo del tiempo. descanso de tres semanas. Se va a dormir así, Charles, con un doble cuarto puesto que no le basta.

la carrera

Pero cuando despierta, la historia ya es diferente para él. Es la fuerza de un piloto, el mayor secreto de todo deportista: saber reiniciar y empezar de nuevo, cada vez. Leclerc se prepara, con su traje dominical que ya es una costumbre tradicional, y sabe que puede conseguir una victoria, que tiene en sus manos la posibilidad de llevar a Ferrari al éxito en COTA. Después de muchos fines de semana de dominio, McLaren parece estar en dificultades en Austin y Verstappen, ocupado contando los puntos para la victoria en el Mundial de Pilotos, luchará por mantenerse cerca de Norris. Ferrari tiene un ritmo líder, Charles lo entendió el sábado en el sprint, y durante el Gran Premio se verá todo el potencial del monoplaza. Sin embargo, el verdadero punto fundamental será la salida: “Sabía que Max sería muy duro con Lando – explicó el monegasco al final de la carrera -. Sabía que sería agresivo, hice una gran salida y me puse un poco fuera para prepararme para la salida de la curva”. Los conoce, los ha estudiado durante años y sabe lo que quieren, adónde irán. Sabe que se miran porque, arriba, se juega el campeonato. Sale cuarto y es consciente de que puede intentarlo si los dos, enfrascados en el ataque, dejan una puerta abierta: “Ha sido una apuesta ganadora, estoy muy contento lo dice con la sonrisa satisfecha de quien, desde hace tiempo”. Tras esa apuesta acertada, ha conseguido su tercera victoria de la temporada partiendo de una cuarta posición que tanto le había enfadado el día anterior. A partir de ahí todo fue cuestión de gestión de la carrera: “Estar delante nos ayudó en el primer stint, donde. Pude controlar los neumáticos y construir una buena diferencia, luego en el segundo stint logré la ventaja”, dijo Leclerc en las entrevistas posteriores a la carrera, con una sonrisa que borró la ira del día anterior.

el punto de inflexión

Los que se presentan a las entrevistas en Austin el sábado y el domingo parecen dos personas distintas, pero son las dos caras de un chico hambriento, consciente de poder conseguir grandes resultados con un monoplaza que por fin pelea entre los grandes. mientras que el sueño del Mundial de Constructores en la persecución final del campeonato se hace cada vez más concreto. Un piloto único, que lo quiere todo como siempre lo ha querido, pero que hoy cuenta con una madurez en la gestión de carreras fruto de su crecimiento en la Fórmula 1 en las últimas temporadas. Enfadado primero, eufórico después. El propio Leclerc, ahora en carrera por algo grande.





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