Dejó su huella en el interín



Si bien el Galatasaray destacó por los jugadores que compró y vendió durante el período de transferencias de invierno, también logró poner una gran cantidad de dinero en sus arcas. En el periodo intermedio, que finalizará hoy a menos que haya una nueva sorpresa, el equipo amarillo-rojo envió tres jugadores y sumó 3 jugadores más a su plantilla. Cimbom, que tuvo un período de transferencia tranquilo en comparación con años anteriores, causó un gran impacto no sólo en Turquía sino también en todo el mundo al vender a Sacha Boey al Bayern de Múnich por 30 millones de euros. Luego, Cedric Bakambu, que no tuvo muchas posibilidades en el equipo, se marchó al Real Betis.

NEGOCIARON DURO

El futbolista congoleño fue enviado con unos importantes ingresos de 5 millones de euros y se consiguió otro éxito de transferencia. Se ganaron 35 millones de euros con dos traspasos. Si se realizan las bonificaciones, el dinero guardado en la caja fuerte aumentará hasta los 45 millones de euros. Galatasaray devolvió a Angelino y convocó a Berkan Kutlu al equipo. La dirección uzbeka, que evita hacer transferencias populistas a cambio de altos ingresos, incorporó a su plantilla a Carlos Vinicius, Serge Aurier y Derrick Köhn tras duras negociaciones y gastó sólo 4,7 millones de euros en tres jugadores.

HIZO HISTORIA

Sacha Boey, que se fue al Bayern de Múnich por 30 millones de euros, quedó registrado como el fichaje más caro de la Superliga y batió un récord. El récord anterior lo ostentaba Cenk Tosun, que pasó del Beşiktaş al Everton por 22,5 millones de euros.







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