“Es muy extraño, pero el día del desastre nos quedamos dormidos”, dice Annie Both-Slinger, de 81 años, en Aguas. No nos despertamos hasta las ocho y media. Entró un primo, lo habían empujado hacia nosotros. Lo pusimos en la cálida cama de mis padres. Hay algunos más afuera, dijo. Una mujer con una pierna rota fue recogida con una carretilla.
En 1953, ocurrió el mayor desastre natural holandés del siglo XX. Una fuerte tormenta del noroeste acompañada de una marea viva provoca inundaciones sin precedentes. Mueren 1.836 personas.
Mostrar setenta años fotógrafo Robin de Puy, que creció en Oude-Tonge, donde cayeron 305 víctimas, y poeta Maria Barnas en Aguas las profundas huellas dejadas por el desastre de la inundación en los sobrevivientes y sus (nietos) hijos. De Puy: ‘Hemos intentado hacer un documento amoroso sin tapar el dolor’.
Durante mucho tiempo ha sido difícil para las personas que experimentaron el desastre hablar de ello, dice De Puy. El lema era: no hables de eso y trabaja duro, luego lo olvidarás. “Alguien dijo: a veces lloro en secreto”.
De Puy cree que es importante que sus historias se escuchen ahora, más aún porque la amenaza del agua aún persiste e incluso aumenta. “Espero que este libro brinde consuelo a estas personas para que ya no tengan que estar solos en su dolor”.
Algunas de las personas retratadas no durmieron la noche anterior a su encuentro con De Puy y Barnas. Las historias que luego contaron tocaron profundamente a De Puy, dice ella. Como la historia de Ina Mackloet-De Korte, quien fue resucitada por su hermano cuando era niña. Coincidentemente, sabía cómo hacerlo porque estaba en la parte de atrás de su diario escolar. O la historia de Bart van Kampen, que recuperaba cadáveres a los 17 años. Las imágenes de De Puy y las palabras de Barnas hicieron visibles sus experiencias compartidas. “Donde una persona había visto a un hombre flotar en una cama, la otra lo había visto pasar”.
Lo que más recuerda De Puy es la resiliencia de los afectados. Ella cuenta sobre Jo Tanis-Meijer, quien cuando era una niña de 3 años, sentada en el brazo de su padre, vio cómo su madre, hermanas y hermano se ahogaban. “Pasó por ese dolor y, sin embargo, logró crear una vida para sí misma en la que también puede sentir felicidad”.
Robin de Puy y María Barnas: Aguas. Libros de Aníbal; 57 páginas. Disponible a partir del 24 de enero.