AC Milan y la Diosa. Efectivamente, Pioli y la Diosa, porque en los últimos dos años los cruces por el Diablo casi siempre han sido cruciales. La última, al menos por ahora, será la del domingo en San Siro, porque con una victoria los rossoneri pondrían pie y medio en el hueco reservado al Scudetto. Veamos por qué algunos de estos desafíos fueron decisivos, y uno no puede dejar de comenzar con esos cinco bofetadas. Fuerte, en la cara, uno tras otro. El Milan de Pioli nació así, tras el 5-0 del Atalanta en Bérgamo antes de Navidad, el 22 de diciembre de 2019. Hace una vida deportiva. Resucitado de las cenizas como un fénix. Al otro lado del océano, en Los Ángeles, un punta de casi 40 años ve la derrota por televisión, coge el teléfono y llama a Raiola. “Quiero un reto: llévame a Milán”. Es Ibra. Para entender cuánto tiempo ha pasado, basta con mirar la formación: Conti, Musacchio y Rodríguez en defensa, Piatek al frente, Suso mediapunta. Caldara, Borini, Reina y Biglia en el banquillo. Castillejo adentro con 5′ del final. Mismo entrenador, otro Milán.
© REPRODUCCIÓN RESERVADA