El noruego que llegó en la última sesión del mercado de fichajes tuvo una puesta a punto complicada, pero el gol decisivo ante el Verona puede acelerar su integración
Quién sabe cuántas veces, en los últimos meses, Ola Solbakken habrá imaginado el rugir del Olímpico y la carrera hacia su nueva afición. Un sueño que se hizo realidad durante el primer partido disputado como titular en el estadio que, como adversario, le había embrujado en los cuartos de final de la Conference League disputados con el Bodo Glimt.