El martes, el Ministerio Público (OM) volvió a exigir dieciocho años de prisión y TBS con tratamiento obligatorio contra Ferry T. El hombre sospechoso del asesinato de la estrella del rugby Renée Barendregt había recurrido su condena ante el tribunal.
Se dice que el sospechoso de 43 años mató a puñaladas a Barendregt, de 23 años, en mayo de 2021. Luego supuestamente le prendió fuego al cuerpo. El cuerpo del jugador de rugby fue encontrado ardiendo en Scheveningen.
T. se encontró con Barendrecht cuando regresaba en bicicleta a casa después de una fiesta por la noche. La siguió en su scooter y la sacó de la bicicleta. Luego supuestamente abusó de ella y la apuñaló con un cuchillo.
El ADN de T. se encontró en el cuchillo que se encontró en la escena del crimen. El encuentro también fue captado en vídeo con varias cámaras.
Después del ataque, T. habría ido a casa a buscar gasolina. Luego supuestamente roció con él el cuerpo de la víctima. Luego encendió la gasolina. No está claro si Barendregt ya había muerto en ese momento.
El acusado no puede recordar
El tribunal de La Haya consideró probado en mayo pasado que T. es el autor y le impuso dieciocho años de prisión y TBS con tratamiento obligatorio. Esa sentencia equivalía a la demanda del Ministerio Público.
T. dijo que no recordaba nada al respecto, pero el tribunal no lo creyó. Negó la agresión. Ahora T. dice que sabe que apuñaló a la joven. Pero nunca fue su intención matarla, le dice al tribunal.
De Hagenaar también fue interrogado nuevamente por la policía. Les dijo a los oficiales que “alguien” le arrojó una lata esa noche fatal. Él “no podía dejar que eso pasara por su lado”.
El Procurador General calificó esta historia de “completamente increíble” el martes. “Después de ver pornografía y bajo los efectos de la cocaína y el alcohol, T. se subió a su scooter y fue en busca de una víctima”.
T. no muestra ‘ni una pizca de compasión’
De Hagenaar apeló la decisión del tribunal. La madre de la víctima habla de “un puñal en la espalda”. El padre de Barendrecht califica el sufrimiento adicional que el sospechoso inflige a la familia con esto como “indescriptible”.
Según el hermano mayor de la víctima, T. no muestra “ni una pizca de compasión” y no tiene ningún respeto “por la vida que le quitó”.
En la apelación ante el Tribunal de Apelaciones, T. escuchó el mismo castigo que antes en el tribunal. Su motivo nunca ha quedado claro. Parece que Barendregt fue una víctima aleatoria.