El hombre decisivo en la trayectoria de Boca en la Libertadores es un viejo conocido italiano. ¿La especialidad? Guarda penaltis. Y también eliminó a su Racing…
¿Cuántos estadios en el mundo serían capaces de ovacionar a un portero por confirmarse como un fenomenal lanzador de penaltis? Muchos, quizás todos. ¿Cuántos estadios en el mundo agradecerían tanto a aquel portero que también ovacionarían a su entrenador, en el calentamiento de un partido que, al fin y al cabo, no era tan importante? Pocos, tal vez uno. La Bombonera. La que ha conquistado definitivamente Sergio Romero, el Chiquito de la gran sonrisa tan amplia como una salida al borde del área. Si Boca Juniors está en semifinales de la Copa Libertadores también es (mucho) gracias a él.