De Leao a Maignan: los cinco días de Pioli para revivir Milán

Individuos, pero también el espíritu del segundo tiempo y la paradoja de los que juegan más ligeros porque no tienen nada que perder: cinco razones para darle una oportunidad al Diablo

Desde hace unas horas, los rossoneri reclaman la historia y el Risorgimento. La eliminatoria en la ida de semifinales ante el Inter, 5 días antes del partido de vuelta, se presta a paralelismos y numerología. Para el Milán será una batalla de Champions que coincide con los Cinco Días de Milán, una insurrección ambientada entre el 18 y el 22 de marzo de 1848, cuando la lucha de la ciudad -entonces capital del Reino Lombardo-Veneto- condujo a la liberación temporal de dominio austríaco. Esta vez la pelota está en el medio y será el Cinco Días de Pioli, que de cara al partido de vuelta del 16 de mayo tendrá 5 motivos para creer en la complicada remontada.

El enigma Leao

Ningún movimiento liberal-nacional que cuestionar. Sólo esperanzas, tras la amonestación en la ida. Para el martes, gran parte de las ideas de remontada del Milan pasarán por las condiciones de Rafael Leao. El portugués, triste al margen en los 90 minutos de la primera vuelta, es el hombre más esperado. El capaz de dar a los rossoneri la chispa necesaria para mantener vivo el sueño de la final de Estambul el 10 de junio. De momento, Pioli ha liquidado el caso con el balance habitual: «A ver, ojalá se pueda recuperar».

Espíritu de Milán

Sin embargo, el eventual regreso de Leao no podrá prescindir del alma del Milán, el espíritu que lo llevó al Scudetto y el sorprendente camino en la Champions. Tras la siguiente jornada ante el Napoli, una interpretación en este sentido la dio Giovanni Galli, precisamente en referencia al hilo conductor entre el éxito italiano y la actual trayectoria europea: «Que el Milán peleó en cada centímetro del campo, este año en la campeonato casi parece que algo se debe. Diferente discurso en la Copa. Veo que la ira se proyecta en los partidos europeos». Y falló en el primer acto contra Inzaghi.

La segunda mitad

Otra clave viene del análisis de Pioli, que comentaba el resultado y las perspectivas al final del partido con un claro punto de (re)arranque: “Queríamos ser intensos, compactos y agresivos, pero no lo conseguimos. El Inter se impuso en los duelos, el partido se complicó desde el punto de vista mental y táctico. En la segunda mitad, sin embargo, vi una gran reacción. Esto es lo que tendremos que hacer el 16 de mayo”. Las esperanzas de remontada de los rossoneri pasarán por la voluntad y el planteamiento, buscando continuidad con los segundos 45 minutos de la ida.

Sin cálculos

El cuarto punto es una paradoja. Con dos goles de desventaja, el Milan se verá obligado a esquivar los cálculos y atacar de inmediato para disputar el partido. Sin esperas y casi a la ligera (pese a que se trata de uno de los derbis más importantes de la historia milanesa): dos de las cosas que el Diablo ha demostrado que puede hacer mejor durante la gestión de Pioli. Los 90 minutos candentes del partido de vuelta también se jugarán en el hilo de la psicología y en los episodios, que podrían cambiar el choque de golpe. De un lado al otro.

Mike magico

El 0-2 de la ida sigue siendo un resultado duro para los rossoneri, pero no imposible de recuperar. Y si el Diablo aún tiene chance de regresar, parte del mérito es del habitual Mike Maignan. El portero rossoneri mantuvo a flote a su equipo en el momento más complicado, reuniendo equipo y defensa tras el uno-dos mortal firmado por Dzeko y Mkhitaryan, y quizás también por eso el Milan no se derrumbó del todo bajo los golpes del Inter. El francés también podría ser un arma extra en caso de penaltis, si los Cinco Días de Milán se prolongaran unos minutos más.



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