De Kabul a Kiev, diplomáticos en primera línea. El símbolo (para todos) del sacrificio de Luca Attanasio

Jóvenes (y no tan jóvenes) diplomáticos en primera línea. Para representar a Italia, mantener una presencia continua, proteger a los conciudadanos, a menudo ayudando a cualquiera que lo necesite. Los vientos de la guerra en Ucrania soplan con fuerza en todo el continente europeo, pero en el “sur global” del planeta se libran guerras olvidadas, conflictos de baja intensidad mediática pero devastadores para las personas que viven en esas latitudes. Y en estos cuadrantes operan los diplomáticos italianos, que acuden personalmente y mantienen abiertos sus despachos. Algunos pagando todo en persona, como Luca Attanasio, embajador de 45 años en la República Democrática del Congo desde 2017, y que el 22 de febrero de 2021 estaba en el convoy del Programa Mundial de Alimentos rumbo a Rutshuru. Llegando cerca de Kibumba, al norte de Goma, cerca del Parque Nacional de Virunga y en la frontera con Ruanda, fue atacado por unos hombres armados con metralletas, en un intento de secuestro, que luego fracasó. Gravemente herido en el abdomen, Attanasio murió poco después en el hospital de la ONU en Goma. Estuvo casado en 2015 con Zakia Seddiki, originaria de Marruecos, con quien tuvo 3 hijas. En 2017 fundaron la ONG Mama Sofia en Kinshasa

Claudi, ex cónsul en Kabul

En el desafortunado verano de la evacuación de Afganistán y la reconquista de los talibanes -el año pasado, anunciada desde hace tiempo y completamente subestimada en sus efectos por Washington- la figura italiana más destacada fue sin duda la de Tommaso Claudi, cónsul en Kabul, que permaneció el único representante de nuestro país tras el cierre de la embajada. Se le vio con un casco y un chaleco antibalas, ayudando a un niño que lloraba a saltar un muro en el aeropuerto de Kabul. Con 31 años, de la región de Marche, Claudi era el símbolo del compromiso en situaciones difíciles. En esos días vivía en un club dentro del aeropuerto.

Zazo, el embajador que reabrió la oficina de Kiev

En los últimos días se conoció la noticia de la reapertura de la embajada italiana en Kiev, zona aún con riesgo de ataques aéreos por parte de los rusos. Francesco Zazo, diplomático de larga trayectoria con experiencia en Moscú, ha vuelto a la sede (tras el periodo en el que la sede había sido trasladada a Lviv), al frente de la embajada en Canberra, en coordinación sobre programas multilaterales relativos a la Antártida, hasta la asignación a la sede diplomática de Kiev. Estas son solo algunas de las experiencias que han marcado la carrera de Zazo. De vuelta en Kiev, el diplomático ha querido destacar que «la reapertura de nuestra Embajada en Kiev representa para nosotros un momento ilusionante y esperanzador a más de cincuenta días del inicio del conflicto. Como destacó el canciller Di Maio, “la reapertura de nuestra sede es un gesto simbólico pero que estas Autoridades agradecen mucho. Hoy nos sentimos aún más cerca del gobierno y del pueblo ucraniano y seguiremos asistiendo a nuestros compatriotas de la mejor manera posible».



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