Los hijos de Ezequiel, ex de Catania, están despoblados en las canteras nerazzurri. Franco (extremo izquierdo) está dispuesto a marcharse para ganar experiencia en el B o el A y Valentìn se prepara para saborear el primer equipo. Luego está Cristiano, un fenómeno bomber de 13 años
El fútbol, en casa de Carboni, parece ante todo una cuestión hereditaria. Con unas características genéticas que además tienden a mejorar de generación en generación. Desde Ezequiel, excentrocampista argentino con pasado como jugador y entrenador (del juvenil) del Catania, hasta sus hijos Franco, Valentín y Cristiano, el fútbol es una vocación casi natural e ineludible.