De Bruselas a EE. UU., los primeros viajes de Meloni al extranjero para acreditarse en las cancillerías

Cuando el primer ministro saliente, Mario Draghi, asumió el cargo, no tuvo dificultad en convencer a los aliados europeos y EE.UU. sobre la orientación atlantista del nuevo ejecutivo. Una orientación que, cuando Rusia decidió invadir Ucrania, encontró una esperada confirmación. «La UE -reiteró en estas horas en el Consejo Europeo de la Energía- es un concepto importante para todos nuestros países. Todos miran a la UE como fuente de seguridad, estabilidad y paz: debemos tenerla presente como la estrella guía para el futuro, especialmente en tiempos difíciles como estos».

El aut aut de Meloni sobre el atlantismo

A diferencia del expresidente del BCE, el hombre del «cueste lo que cueste» Meloni, que está a punto de convertirse en la primera mujer presidenta del Consejo en la historia de Italia, líder de una fuerza política de derecha que en el pasado ha expresado posiciones soberanas y anti-UE, tendrá que construir una relación de confianza mutua con los aliados tradicionales. No es una empresa fácil, que comenzó cuesta arriba por las palabras, capturadas en un audio, del aliado Silvio Berlusconi sobre la guerra en Ucrania y Putin. Palabras que llevaron a la propia Meloni a aclarar que «Italia tiene todo el derecho, y con la frente en alto, a formar parte de Europa y de la Alianza Atlántica», y a lanzar un o/o a los aliados: «Quien no esté de acuerdo con esta piedra angular no puede formar parte del gobierno, a costa de no ser gobierno». Antonio Tajani, coordinador de FI y mano derecha del anciano líder, en la pole position para cubrir la función de ministro de Exteriores, ha decidido llegar a Bruselas para asegurar a sus compañeros del Partido Popular Europeo (del que ha sido vicepresidente desde 2002) de la fe atlantista y del partido y, en segundo lugar, del gobierno que está por nacer. No es una cuestión solo del centroderecha: el líder del M5S Giuseppe Conte, una fuerza política de la oposición, ha dejado claro el «no» al envío de nueva ayuda militar a Ucrania, dejando claro que no votará sobre otros decretos.

El primer Consejo Europeo se celebrará los días 15 y 16 de diciembre

No es casualidad que Draghi, en sus últimas horas como primer ministro, destacara que “la credibilidad adquirida en los últimos años es la mejor herramienta para obtener los resultados a los que aspiramos”. Los primeros bancos de pruebas para el nuevo Gobierno serán el 7 de noviembre, cuando se celebre una reunión del Eurogrupo, en la que participarán los ministros de Hacienda, los días 14 y 15 de noviembre, con motivo del Consejo de Asuntos Exteriores y, sobre todo, los días 15 y 16 de diciembre -en plena maniobra presupuestaria- cuando Meloni debutará en el primer Consejo Europeo, en Bruselas. En esa ocasión se verá si Meloni jugará junto a la dupla franco-alemana o si por el contrario desplegará una estrategia más acorde a los movimientos de Polonia y Hungría.

El encuentro con Macron en Roma

Meloni estará llamado, por tanto, a «limpiar» los equívocos sobre la fe atlantista del nuevo ejecutivo, para evitar en lo posible el riesgo de caer en el aislamiento europeo desde el principio. Un juego que tendrá que jugar de inmediato: después de haber jurado, el domingo 23 de octubre, convertirse en la nueva primera ministra, podría reunirse con el presidente francés Emmanuel Macron, de visita en Roma hasta el lunes para un evento organizado por la Comunidad de S. Egidio (ver el el Jefe de Estado Sergio Mattarella y el Papa). Macron no ha descartado la posibilidad de reunirse con ella, si se dan las condiciones. Fuentes del Elíseo subrayaron que Italia vive actualmente «un momento político particular», con la tarea aún no encomendada a la formación de gobierno. «Por el momento -se ha aclarado- no se plantea la cuestión de un encuentro con Meloni». Sin embargo, no se ha descartado la posibilidad: «Si mientras tanto hay un nombramiento para la presidencia del Consejo y posiblemente una solicitud de reunión, a ver…». El presidente francés no se desequilibró: «Estoy listo para trabajar» con la futura premier Giorgia Meloni y «Me reuniré con ella en la mesa del Consejo Europeo», dijo.

Ya durante el gobierno de Draghi, Francia demostró que quería desarrollar un diálogo con Italia, aún más estratégico tras los recientes desencuentros entre Macron y el canciller alemán Olaf Scholz. Si por un lado el hecho de que la relación entre Francia y Alemania se está resquebrajando, empezando por la cuestión de la política de defensa, podría proporcionar a Italia un nuevo margen de maniobra, la FdI no ha olvidado las faltas de gramática de la Primera Ministra francesa Elisabeth Borne y del Ministro de ‘Europa Laurence Boone («velaremos por los derechos, los valores y las libertades»), tras la victoria electoral del centroderecha.



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