Una carrera disputada de forma impecable dio a los “predestinados” y a todo el pueblo Ferrari otra victoria memorable en el “Templo de la Velocidad”
Ferrari vuelve a triunfar en su propio patio trasero. Charles Leclerc consiguió la victoria en Monza tras una carrera sencillamente extraordinaria. El monegasco manejó perfectamente los neumáticos, logrando parar una vez menos que los McLaren de Oscar Piastri, segundo, y Lando Norris, tercero. La Scuderia de Maranello vuelve a la victoria en el Templo de la Velocidad por primera desde 2019, cuando el propio Leclerc ganó el Gran Premio de Italia tras una dura pelea con Lewis Hamilton. Es la segunda victoria de la temporada para el piloto rojo, que logró llevarse el trofeo a casa en sus dos Grandes Premios “de casa”, Mónaco y Monza.
DOS VICTORIAS DIFERENTES
—
En 2019, Charles Leclerc ganó el Gran Premio de Italia partiendo desde la pole. El monegasco, tras defenderse admirablemente de Lewis Hamilton, cruzó primero la meta por delante de Valtteri Bottas, entonces en Mercedes, y siete veces campeón del mundo. En aquella ocasión, Leclerc pudo así defender el liderato de la carrera, aprovechando al máximo la pole obtenida el sábado. En la carrera de 2024, Leclerc y el muro fueron muy capaces de compensar un sábado gris, con el monegasco cuarto en la salida, inventando una estrategia fantástica. Gran parte del mérito, sin embargo, es del piloto: Carlos Sainz también intentó cerrar la carrera con una sola parada, pero no pudo mantener a Piastri y Norris detrás de él. En cualquier caso, el español lo dio todo, dando unas décimas de ventaja preciosa a su compañero. Este último logró entonces concluir su obra maestra, logrando la séptima victoria de su carrera. Quizás la más bella.