David Gilmour: Luck and Strange: edad y mortalidad en un álbum poco común del guitarrista de Pink Floyd


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David Gilmour sigue siendo uno de los guitarristas de rock más elocuentes. Sin embargo, las oportunidades de escuchar al músico de 78 años se han vuelto esporádicas. Su álbum en solitario anterior, Haz sonar esa cerradurasalió en 2015. Ha habido algún que otro destello de actividad, como un giro conmovedor en un álbum de 2022 del eterno hippy Donovan, pero por lo demás su Fender Stratocaster ha permanecido en silencio: públicamente, al menos.

La llegada de un nuevo disco del hombre de Pink Floyd es, por tanto, motivo de celebración, aunque el hurra se transforma en media ovación tras escucharlo. Suerte y Extraño Está embellecido por una gran cantidad de notas dobladas características y solos penetrantes. Pero la composición lucha por igualar la expresividad de la interpretación de Gilmour. No es un intérprete egoísta, pero su guitarra es el elemento musical más absorbente presente. Esperamos con impaciencia su aparición en el centro de atención a medida que se desarrolla cada canción.

A él se une su esposa novelista Polly Samson como letrista, un papel de composición que ella asumió por primera vez en el álbum de Pink Floyd de 1994. La campana de la divisiónLa edad y la mortalidad son temas recurrentes, tratados de una manera un tanto exagerada. “El corazón late de miedo aquí en el teatro de mi alma”, canta Gilmour en la canción que da título al álbum, con su voz canosa esforzándose por recuperar la grandeza de sus días en Floyd. La canción, un número blusero nada excepcional, encuentra redención en la interacción entre su guitarra y los teclados póstumos de su compañero de banda en Floyd, Rick Wright (tomado de una improvisación grabada en el granero de Gilmour en 2007, el año anterior a la muerte de Wright).

El montaje combina lo sencillo con lo sofisticado. La hija de Gilmour, Romany, canta con una voz encantadora y límpida en “Between Two Points”, una versión de una canción del oscuro dúo indie británico The Montgolfier Brothers. Entre los músicos se encuentra el venerado baterista de sesión estadounidense Steve Gadd. La llamativa portada, una imagen de estilo expresionista alemán de Anton Corbijn, le atribuye un carácter gótico que está ausente en el álbum.

Sus canciones recuerdan una época ya pasada en la que los jóvenes guitarristas eran “maestros de seis cuerdas de un universo en expansión”. La vejez se lamenta, pero también se acepta. La satisfacción doméstica es la recompensa por el paso de los años. “Tómame del brazo y camina conmigo/Una vez más por este viejo y polvoriento camino”, canta el guitarrista en “Scattered”. El ambiente es sensiblero, pero un solo enérgico al final de la canción resalta una nota subyacente de vigor. Las alturas son más difíciles de ascender, pero aún se pueden alcanzar.

★★★☆☆

Lanzado por Legacy Recordings



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