Al menos 27 millones de personas en el mundo han desarrollado problemas persistentes con el olfato y el gusto debido al Covid-19 y es posible que algunas de ellas no recuperen por completo ambos sentidos. Esto es lo que se desprende de una investigación coordinada por la Universidad Nacional de Singapur y publicada en el British Medical Journal. Las alteraciones en el olfato y el gusto estuvieron entre los síntomas que más distinguieron a la covid y casi la mitad de los pacientes reportan estos trastornos, recuerdan los investigadores.
Trastornos presentes en la mitad del total
En el estudio, se analizaron conjuntamente 18 estudios para un total de aproximadamente 3.700 pacientes considerados. Surgió que, cuando entre los síntomas de la Covid hay trastornos que afectan a los dos sentidos, la alteración se prolonga y se vuelve persistente en el 5,6% de los pacientes en el caso de los problemas del olfato y en el 4,4% en el caso del gusto. Los investigadores calculan que si tenemos en cuenta que hasta la fecha 550 millones de personas en el mundo han tenido Covid y que la mitad de ellas han padecido estos trastornos, esto “se traduce en más de 15 y 12 millones de pacientes con disfunciones del olfato y de la gusto “.
Las mujeres son más penalizadas
El estudio mostró que, con el tiempo, el problema tiende a resolverse por sí solo para la mayoría de los pacientes. Sin embargo, no para todos: 180 días después de la curación, todavía hay un 4% de pacientes que no han recuperado el sentido del olfato y un 2% del gusto. Las mujeres, los pacientes cuyas dolencias son más graves desde el principio y los que suelen sufrir de congestión nasal son los que corren mayor riesgo de no recuperarse por completo.
El entrenamiento olfativo, la única intervención eficaz
“Los sistemas de salud deberían estar preparados para brindar apoyo a estos pacientes que a menudo informan sentirse aislados cuando los médicos descuidan sus síntomas”, tres investigadores italianos (Paolo Boscolo-Rizzo de la Universidad de Trieste, Jerry Polesel de la CRO de Aviano y Luigi Angelo Vaira de la Universidad de Sassari). “El entrenamiento olfativo, iniciado lo antes posible tras el inicio de los síntomas, es la única intervención específica con evidencias de eficacia”, especifican. Un número creciente de centros, tanto en Italia como en el extranjero, han comenzado a utilizar este enfoque. Pero con estos datos es una gota en el océano: es necesario “destinar los recursos adecuados para apoyar la investigación y apoyar a los médicos especialistas ante un número excepcional de pacientes con disfunciones del olfato y el gusto”, concluyen.