Entre los jugadores actuales, es el más prolífico. La banda lo enaltece, el trabajo mental da sus frutos, Vieri e Icardi son los delanteros en la mira: el argentino está arriba
– MILÁN
El capitán es un caballero. Es un caballero porque trata con guantes de seda todo lo que sabe sobre el interismo. Es un caballero, sí, el señor del derbi: ninguno de los actuales jugadores del Inter y del Milán ha marcado como Lautaro en el partido del City (8 goles). Y aún hay más: sólo seis jugadores han marcado más goles que él en la historia de este partido. Al fin y al cabo, esto podría bastar para explicar lo mucho que siento en la piel este (lento) acercamiento al derbi del sábado 16. Pero aún hay más. Argentina llama, pero no hay rincón de la cabeza de Lautaro que no piense al menos un poco en Milán.
OBJETIVOS
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Lautaro mete de 10 y lo hace de 10, porque desde hace dos jornadas está entre los diez primeros goleadores de la historia del Inter. Lautaro también quiere marcar 20 y 30, ya de paso. Veinte como el Scudetto, como la segunda estrella. Treinta como los goles en Liga, el listón puesto ahí, y sí, este inicio de Serie A va en esa dirección. Lautaro es el anti-Milán por definición. Viene de tres goles en los últimos cuatro derbis, de constantes dolores de cabeza causados a los defensores rossoneri. El capitán ha subido un escalón. Y aquí, al menos aquí, la banda no tiene nada que ver. El paso que dio el argentino es mental, como él mismo dijo en el post Fiorentina: «Estoy tratando de pensar más dentro del campo, imaginando la jugada a hacer primero, para sacar ventaja sobre el rival». Lautaro juega adelantado. La frialdad conseguida de cara a la portería está ante los ojos, incluso de los más escépticos. La gestión de las energías físicas y mentales es ahora excepcional: una vez fue el jugador más sustituido del Inter, ahora el cambio es, en todo caso, sólo una señal de prudencia. Porque el Inter no puede prescindir de él. Porque es el hombre al que hay que aferrarse para desafiar al Milán en la carrera por el Scudetto. Porque nadie tiene su capacidad de realización en las piernas.
BENDITA BANDA
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Lautaro sabe poner carga sobre sus hombros. Casi parece, mirándolo, que la banda le ha tranquilizado. Esto no afectó su vida nerazzurri. Más bien, lo embelleció. Lo terminó. Lautaro es quien al final del partido con la Fiorentina hace girar una foto social en compañía de Cuadrado. Sí, el colombiano le sirvió una asistencia. Pero puedes leer mucho más en esa toma. Porque Cuadrado ciertamente no es un hombre por el que los fanáticos hayan llenado sus corazones. Y entonces el capitán envía una señal de unión, como diciendo: es uno de nosotros, aquí todos viajamos en la misma dirección.
HOY Y MAÑANA
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Lautaro es el hombre del presente y del futuro del Inter. Él es el hombre que borra el pasado. Lo hizo con Lukaku, porque la decepción fue enorme, sobre todo a nivel personal. Tauro va recto, sin desvíos en el único tema que le interesa: ganar. Y a ello también apuntan otros dos viejos delanteros centrales nerazzurri, Vieri e Icardi: están a 16 y 17 goles de distancia, muy pocos para no creer que ya pueden engancharse esta temporada. Lautaro es el líder de este Inter. Técnicamente lo es, también está dentro del vestuario. Y así lo reconoce el club: es el jugador mejor pagado de la plantilla, la referencia dentro de un grupo que el club ha decidido cambiar profundamente, incluso cambiando algunas caras que no eran precisamente un estímulo para sus compañeros. Lautaro es para él y para los demás. Tanto es así que luego, con calma, surge la idea de la empresa de ajustar su contrato. Pero este no es el momento.
MIL
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Ahora es el momento de pisar el acelerador. “El derbi es especial para nosotros, el Milán se ha reforzado mucho”, afirmó el argentino al lanzar el reto. De hecho ya va a mil por hora. Cinco goles en tres partidos es la página de inicio de un sitio donde encontrar de todo. Y todo de calidad. El siguiente paso será cancelar de una vez por todas los períodos oscuros. Le sucede a todo el mundo, a él con más frecuencia en verdad. Ha sido casi una constante en sus temporadas en el Inter. La cabeza hace mucho en situaciones similares. El Toro está bien en Milán. No busque más. Es el otro quien lo buscó. El dinero árabe también llegó ante sus narices. Pero no fueron suficientes para convencerlo. Nada le mueve del Inter. “Aquí me trataron como a un hijo, nunca olvido ciertas cosas”, afirmó el argentino. Los nerazzurri como si se tratara de un pacto de sangre. Es difícil no encariñarse con alguien así, incluso en el fútbol actual. Es difícil no cruzar los dedos ahora que se ha ido a la selección nacional. Difícil, imposible, no pensar que los éxitos del Inter esta temporada vienen de la mano de Lautaro. Porque ganar un Scudetto sí, ya lo ha conseguido. Pero coser la segunda estrella como capitán es otra música.
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