Cunas vacías, cheque único y cociente familiar. El ejemplo de Francia y Alemania


El escenario es tristemente conocido por todos y toma el nombre de síndrome de la cuna vacía, también llamado invierno demográfico. Es ese descenso incesante de la natalidad, tan progresivo e imparable como ineludible, del que nuestro país parece enfermar. Un plano inclinado que presenta la factura de cada año en materia de sostenibilidad, incluida la seguridad social. Pero sobre todo estabilidad cultural y general del sistema del país. Solo en orden cronológico están los datos de 2022 sobre la Calidad de Vida presentados en estos días por el Sole24Ore. Y que registran, una vez más, la caída a la baja de los nuevos nacimientos en nuestro país: – 3% en la primera mitad del año con desplomes reales registrados en Oristano (-18%), Barletta-Andria-Trani (-17) y Matera (-dieciséis%).

La receta del Foro

¿Entonces lo que hay que hacer? Pocas dudas tiene Gigi De Palo, presidenta del Foro de asociaciones de familias, la red de redes nacida en 1992 y que hoy representa a 47 asociaciones, 18 foros regionales salpicados por un sinfín de grupos locales y que a su vez están animados por 582 asociaciones. «Tenemos que apuntar directamente a la meta de los 500.000 recién nacidos, fijándonos como horizonte temporal el 2033 – explica a Sole24Ore -. Tenemos que hacerlo porque si no este país se va a pique: y para llegar tenemos que por lo menos empezar a hablarlo en serio, dándonos una meta realista, por ejemplo, de 10.000 recién nacidos más que las cuotas anuales».

Los números de nacimiento

Y ciertamente no es una operación fácil dado que en los últimos tiempos el presidente de Istat Blangiardo había dado la voz de alarma de la desaparición de 12 millones de italianos en cuatro décadas: en 2070 tendremos 145.000 centenarios, hoy son 20.000, tronó el número uno. del Instituto. Además, este año nuestro país había registrado otro récord negativo con 385.000 recién nacidos. Las consecuencias son fáciles de entender: hoy hay 36 millones de trabajadores entre 20 y 66 años, en 10 años habrá 2 millones menos y en 30 años 8 millones menos. En términos de PIB en 2070 habrá una disminución del 30%, o 560 mil millones menos. Aquí De Palo se pone muy serio. «¿Es el tema del crecimiento demográfico -dice- o no es una prioridad en Italia?». El Foro se prepara para la cita anual con el Estado general de la natalidad prevista en Roma en mayo: el lema es «tener un hijo es hermoso»; y otra vez: «Un hijo no es un bien privado, sino un bien común que genera futuro y esperanza».

Los instrumentos

Evaluar la escala de prioridades significa decidir dónde invertir los recursos. El paquete presupuestario dedica 1.500 millones a las familias. «Ya estaba escrita la maniobra -dice- en un mes se hizo lo que se podía». Pero ahora, en cambio, según el Foro, tenemos que pisar el acelerador asignación única y cociente familiar. Sobre el primero, «necesitamos poner al menos 3-4 mil millones en el plato y hacer que el cheque único sea realmente universal: el actual no se mueve ni medio número en la escala de volúmenes de la tasa de natalidad». En este frente, la ley de presupuestos ha invertido 630 millones para aumentar la prestación pero limitándola a los hijos hasta el año de vida y hasta los tres en las familias numerosas.

El cheque único

“Realmente está mal el planteamiento de nuestro modelo, que sobre todo no es para nada universal como su nombre lo indica -ataca De Palo-. Antes de la bonificación había deducciones por hijos y la bonificación no es más que la recomposición de ese rompecabezas con ningún valor añadido más que el de una organización de lo existente bajo el paraguas de un único instrumento».



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