Las nuevas normas europeas sobre las finanzas públicas imponen un camino de recuperación desafiante, de aquí a los próximos siete años, que para Italia equivale a correcciones que ascienden a alrededor de 12.000 a 13.000 millones por año. Una serie de compromisos, que también afectan a reformas e inversiones, no son poca cosa. En las negociaciones con Bruselas se podrá constatar que otros países europeos también tendrán que hacer frente a una situación que sigue siendo negativa (es el caso de Alemania) o a problemas de finanzas públicas que impondrán opciones de política económica que son ¿Ciertamente no menos exigente (es el caso de Francia)?
En Francia se esperan recortes del gasto público y subidas de impuestos
Francia, al igual que Italia, se encuentra en un procedimiento de infracción por déficit excesivo. Y se avecina una maniobra económica con recortes del gasto y aumentos de la presión fiscal. Intervenciones que se incluirán en el próximo plan presupuestario. Según los economistas de Pantheon Macroeconomics, la administración del Primer Ministro Michel Barnier presentará el plan a la Asamblea Nacional a principios de octubre, con el objetivo de reducir el déficit desde niveles elevados y crecientes. Se podría utilizar un aumento de los impuestos sobre el patrimonio y, posiblemente, un aumento de los impuestos sobre los ingresos y beneficios de las empresas. Francia debe reducir sustancialmente su déficit para mantener “un mínimo de credibilidad fiscal ante la UE y los mercados”, afirman. Y el presidente del Banco de Francia, Villeroy de Galhau, considera “poco realista” que el déficit pueda reducirse por debajo del 3% del PIB en los próximos tres años. Aún más clara es la advertencia del Ministro de Presupuesto, Laurent Saint-Martin: el déficit público francés “corre el riesgo de superar” el 6% del PIB este año en lugar del 5,1% previsto inicialmente. Una situación, la de las finanzas públicas, que el propio ministro define como “grave”. El proyecto de ley de finanzas para 2025 se presentará a los parlamentarios la semana del 9 de octubre. En cuanto al plan plurianual previsto por las nuevas normas presupuestarias europeas, el Gobierno francés ha obtenido una prórroga para su presentación en Bruselas hasta el 31 de octubre, es decir, mucho más allá de la fecha inicialmente prevista para todos los países europeos del 20 de septiembre. Los recortes se sumarían al plan ya puesto en marcha por el ex Ministro de Economía, Bruno Maire, que asciende a aproximadamente 10 mil millones en ahorros e ingresos extraordinarios para hacer frente a una deuda pública que en relación al PIB ha superado el 110% y que en valor absoluto Es más de 3 mil mil millones.
Alemania sigue en recesión
Los institutos económicos alemanes consideran que la economía alemana volverá a estar en recesión este año. Revisaron a la baja las estimaciones de crecimiento de Alemania, reportando una contracción del PIB del 0,1% para el año en curso y un ligero crecimiento del 0,8% para 2025; para 2026 el crecimiento esperado es del 1,3%. En las estimaciones de primavera, los institutos habían previsto un minicrecimiento del 0,1% para 2024 y del +1,4% para 2025. El problema, por tanto, es el bajo crecimiento, mientras que la deuda pública se sitúa en el 63,6% del PIB. Alemania registró superávits presupuestarios durante la década anterior a 2020 y se espera que en 2024 el déficit ronde el 2% del PIB. “Además de la recesión, la economía alemana también se ve afectada por cambios estructurales”, dice Geraldine Dany-Knedlik, jefa de previsión y política económica del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW en Berlín). “La descarbonización, la digitalización y el cambio demográfico –junto con una mayor competencia con las empresas chinas– han desencadenado procesos de ajuste estructural que están frenando las perspectivas de crecimiento a largo plazo de la economía alemana”.
En Italia el déficit cae pero el peso de la deuda pesa
Según el nuevo Plan presupuestario estructuralque acaba de aprobar el Gobierno y que en breve será examinado por el Parlamento y luego transmitido a Bruselas, el déficit se reducirá del 7,2% en 2023 al 3,8% (frente al 4,3% estimado en el Def de abril), para luego estabilizarse en un 3,3% en 2025 y un 2,8% en 2026. De este modo, en dos años -si se respeta la senda de recuperación- será posible salir del procedimiento de infracción. El problema sigue siendo el de la elevada deuda pública, un elemento de vulnerabilidad constante de nuestra economía. Así lo confirman los últimos datos del Plan Presupuestario Estructural: teniendo en cuenta también la revisión del PIB nominal efectuada por el Istat y los datos de deuda elaborados por el Banco de Italia – informa el Ministerio de Economía – la relación deuda/PIB se sitúa en a finales de 2023 cae hasta el 134,8% (un 133,6% menos de compensación relativa a las primas de construcción) frente al 137,3% estimado anteriormente. En el futuro previsible el descenso se detendrá. El Gobierno lo confirma: la evolución de la ratio deuda/PIB en los próximos años, especialmente en el periodo 2024-2026, «seguirá fuertemente condicionada por el impacto sobre las necesidades de caja de las compensaciones fiscales vinculadas a la construcción Súper bonificaciones introducidas a partir de 2020″. La consecuencia es que la tendencia a la baja no comenzará hasta 2027. En ese momento, se podrá respetar el compromiso establecido en las nuevas normas europeas, según el cual la deuda deberá reducirse en promedio un punto porcentual del PIB por año tras la salida del procedimiento de déficit excesivo.