En la audiencia, D. insistió en que era inocente. Según él, se quedó dormido en el sofá, provocando que su cigarrillo terminara en la alfombra. Según el acusado, una botella de gas presente provocó repentinamente un incendio repentino.
El juez dictaminó que el hombre de cuarenta años era efectivamente culpable de incendio provocado y lo condenó a 40 meses de prisión. La sentencia señaló que las intenciones del acusado también resultaban evidentes por su reacción tras los hechos. D. no hizo ningún intento de extinguir el incendio ni de llamar a los servicios de emergencia.