Cuanto más crece el bienestar corporativo, más aumenta la productividad


Después del Covid, en particular en 2023 en Italia, dos de cada cinco puestos de trabajo fueron difíciles de encontrar (45,1% de los ingresos esperados), al mismo tiempo que los trabajadores italianos se declararon entre los menos involucrados en la organización empresarial (sólo el 5%, dijo estaban involucrados en la vida empresarial, el valor más bajo entre los países de la UE) y entre los más estresados ​​(46% de los trabajadores). Un estudio realizado por The European House – Ambrosetti en colaboración con Jointly (empresa/B Corp que presta servicios para el bienestar corporativo) que investiga la relación entre productividad y bienestar organizacional. Un panorama preocupante si tenemos en cuenta que en nuestro país uno de cada tres empleados (36%) declara tener intención de dejar su puesto de trabajo dentro de un año

Sin embargo, ésta no es una tendencia incontrovertible; existen alternativas. El mismo informe constata que ya hay ejemplos que demuestran cómo, al aumentar el nivel de bienestar de los trabajadores, también aumenta la productividad: es lo que le ocurrió al sector farmacéutico, el primer sector en Italia por su productividad laboral. Entre otras cosas, las simulaciones realizadas por La Casa Europea – Ambrosetti indican que la adopción de políticas de bienestar empresarial puede suponer un aumento de la productividad del 20% respecto a la media de las empresas que no las adoptan, con el mismo valor añadido por empleado a casi 60 mil euros, frente a una media actual de 50 mil euros.

Una investigación anterior, también de The European House – Ambrosetti, había estimado que en el plano económico, en términos de «activación» del mercado y beneficio concreto para el trabajador, frente a un gasto medio de una empresa en bienestar corporativo de 2.500 euros per cápita ( servicios de asistencia familiar, apoyo al trabajo, educación y cultura, salud y seguridad social) se dispara un valor real global de más de 11 mil euros («multiplicador» de 4,5 veces): ahora en este próximo paso se encuadra el impacto en términos de talento retención, gestión positiva de la facturación, productividad.

El análisis, a este respecto, destaca por tanto cómo la adopción de una estrategia estructurada de bienestar corporativo en el paquete de remuneración de los empleados permite «a las empresas actuar no sólo sobre la palanca fiscal sino también sobre la del «multiplicador» económico, mejorando así su atractivo y singularidad en el mercado laboral en un contexto de dificultades crecientes en la contratación y de dimisiones por parte de los empleados». También se identificaron las variables clave para estimar el coste de facturación de las empresas italianas, reclasificando estas variables según el sector económico (Industria y Servicios) y la clase de tamaño (pequeña, mediana y gran empresa). Así, suponiendo un coste de facturación del 50% del Ral (salario bruto anual), cada empleado dimitido le cuesta a la empresa más de 11 mil euros de media, con picos en la Industria y las Grandes Empresas. «Actuar sobre la capacidad de retención podría permitir a las empresas reducir el coste de la facturación global, con un beneficio en torno al 16% sobre el coste anual de personal (los sectores más beneficiados en este caso serían los Servicios y la pequeña empresa)».

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Un elemento importante puesto que ya se ha establecido que aumentar la oferta de beneficios no monetarios a sus empleados permitiría a las empresas reducir el coste laboral, a través de una doble palanca: el beneficio fiscal (gracias a la desgravación fiscal de estos beneficios, como un efecto sustitución) y la innovación de las estrategias retributivas (gracias a ese efecto multiplicador económico del bienestar corporativo que ya se ha dicho que es igual a 4,5).



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