¿Cuánto costaría un baño hoy en día, un euro o cinco?

La autora Lize Spit y su colega holandesa Bregje Hofstede, ambas de 1988, se turnan para contar sus vidas.

Lize escupir25 de septiembre de 202216:00

No puedes levantar la cabeza porque el gato está echado sobre tu pelo, y la ciudad está tranquila, inusualmente tranquila, como si hubiera nevado pero es septiembre, oh sí, es domingo sin coches y realmente tienes para levantarse, aproveche al máximo estas horas, al menos en bicicleta por el Ring, pero realmente no debe ser golpeado por un scooter porque mañana tiene que hacer una gira de conferencias y los boletos de tren ya están pagados, y decides tomártelo con calma y hacer café, Nespresso, hola George Clooney, no te avergüences de la montaña de vasos desechables, y hoy te pones a dieta y vas a South Market a por pistoletas, y abres Twitter y ves fotos de una fosa común en Izhum, el cadáver de un hombre con las manos atadas y el escroto aplastado, y vuelves a cerrar Twitter y pruebas la mermelada que trajeron los vecinos de Francia, se están moviendo, por qué no se quedan, todos deberían quédense donde están, nunca más adiós y hay jugo de fruta fresca, en realidad eso es azúcar pura, mierda Si os echáis más insulina, y rellenáis la Cripto de Karel juntos, lo mejor que decidéis es cancelar (‘lost bullies’), y todo el día pensáis en las personas que ahora reciben una factura mensual de luz de más de mil euros. , ya esas preocupaciones, toda esa guerra, está tan tranquilo afuera, abres una revista, por fin un interior en el que no te ves viviendo, uf, puedes quedarte donde estás, y sales de la casa de todos modos, el clima está radiante hasta que oscurece y bailáis juntos en medio de la calle, y en la reserva central hay botellas de aceite de cocina o es orina, orina de gente que está muy enferma entonces sí, y te haces una foto para el carpeta de pruebas, pero lo que intenta probar a ti mismo; que las cosas tienen que cambiar, todas las cosas menos la que debe quedar como está, quieres salir de aquí, también moverte, y ya no te importa todo lo que se pierde, y cuando llegas a casa vuelves a hacer café y te tienes un sentimiento apremiante en el pecho, buscas cancer de pulmon en google y abres twitter y hay un video de un perro disfrazado de super mario, tienes que beber menos, y aun tienes que bañarte, o no, puedes tomar un baño, porque el agua recién sale del grifo aquí, ¿cuánto costaría cinco dólares bañarse en estos días?, y escuchas a tu ser querido tocando en casa la canción que una vez dijo que deberían tocar en su funeral y decides no para ir y preguntar si todo está bien, y no llamas a tu madre enferma, te sientes culpable pero ella también se siente culpable, si tan solo algo así pudiera ser tachado en ambos lados, y te duermes la siesta en el sofá, los dedos de tus pies tocan los del otro, su cabeza del otro lado también duerme la siesta.



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