Cuando tu colega es amigo y enemigo

En mi primer trabajo tuve un colega amistoso que también era un competidor molesto. Amigo y enemigo: uno frenemy† Si yo llegaba bien temprano a la oficina, él ya estaría ahí, si le hacía una propuesta para un artículo, él tenía una mejor idea. Pero al mismo tiempo, compartíamos los mismos intereses y teníamos las mejores conversaciones. Una relación difícil.

Mucha gente tiene este tipo de amienemigos en el trabajo. El rival simpático, como en mi ejemplo. El colega que te escucha tan bien, pero luego chismea sobre ti. O el holgazán que hace pagar el trabajo a otros, pero con el que siempre puedes echarte unas risas.

Personas muy diferentes, que tienen en común que te evocan emociones positivas y negativas. Normalmente, no tendrías una relación con ellos, pero el trabajo os condena el uno al otro.

Las relaciones de amienemigo en el entorno laboral tienen pros y contras. Primero el lado negativo. Según los psicólogos Julianne Holt-Lunstad y Bert Uchino los amienemigos son bastante estresantes: más que alguien que es solo amigo o enemigo. Esto se debe a la relación ambivalente que tenemos con ellos y la incertidumbre y tensión que esto genera. El estrés puede conducir a problemas de salud y ausentismo en el trabajo.

Las relaciones amienemigas también ofrecen beneficios. De esta forma, otros competidores pueden hacer que prestes más atención a tu trabajo o pruebes cosas nuevas. Aunque eso también suele ir acompañado de un estrés adicional. Según los investigadores Shimul Melwani y Naomi Rothman Las relaciones con los enemigos también pueden aumentar la empatía. Es precisamente la ambivalencia en la relación la que nos lleva a intentar empatizar con el otro más a menudo y con mayor intensidad. De esa manera, verá las situaciones en el trabajo desde más ángulos y eso, a su vez, lo llevará a tomar mejores decisiones.

¿Cómo podemos hacer que nuestros amigos-enemigos nos ayuden más que obstaculizarnos? Los investigadores que mencioné también dan algunos consejos.

Trabaja conscientemente con frenemies. Ciertamente cuando hay alguna rivalidad, esto puede conducir a resultados especiales. Mientras tanto, se conocen mejor, lo que puede reducir la tensión.

Trate de evitarse el uno al otro si trabajar con tu amienemigo te causa demasiado estrés. O en su trato con ellos, evite los temas que generan mayor tensión.

Trate de apreciar la diversidad en su entorno de trabajo. Date cuenta de que todos tienen amigos-enemigos y probablemente también lo seas para algunos compañeros de trabajo.

Mi propia experiencia es que una conversación abierta también puede ayudar. Sea honesto acerca de lo que está en su mente. Bastante emocionante, pero es lo que terminé haciendo con ese colega en mi primer trabajo. Después de unos meses con mucho estrés de mi lado.

Mientras tomaba una taza de café fuera de la oficina, me dijo casualmente que no tenía ninguna ambición de seguir trabajando para esta revista. Hacía tiempo que tenía claro que su futuro estaba en otra parte. Un rato después se fue.

Me sentí aliviado. Y al mismo tiempo extrañé un poco a mi amienemigo.

Ben Tiggelaar Escribe semanalmente sobre liderazgo personal, trabajo y gestión.



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